España indemniza a Chequia con un avión caza

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La República Checa va a recibir como indemnización uno de los cazas L-159 que formaron parte del acuerdo de compra de los problemáticos aviones de transporte militar españoles CASA. España podría tener que devolver otro más como compensación.

El avión L-159,  foto: ČTK
La República Checa pagó a la compañía intermediaria Omnipol más de 130 millones de euros por cuatro aviones de transporte militar CASA, de la empresa española EADS. Pero la operación también incluía, además de la ya alta suma económica, una especie de trueque por el que España recibía cinco aviones caza L-159 fabricados en la República Checa.

Uno de estos aparatos ultrasónicos será devuelto en breve a Praga, en cumplimiento de los acuerdos del pasado mes de enero entre las partes implicadas en el contrato, en compensación por los problemas técnicos que arrastran los CASA.

Alexandr Vondra,  foto: ČTK
El Ministro de Defensa, Alexandr Vondra, considera positivo el arreglo.

“Se puede decir que es una rebaja en el precio de compra, y es una rebaja importante. La parte española cifra el precio del caza en 4,2 millones de euros. Por otra parte, el Ejército checo necesitaba cazas biplaza como este L-159 para entrenamiento de pilotos y contaba con adquirir varios”.

En su día sin embargo el Gobierno de Mirek Topolánek celebró haber podido incluir en el pago por los CASA cinco aviones L-159, de los que Chequia fabricó una cantidad muy superior a la que necesitaba. Más de treinta unidades permanecen años después aparcados en hangares. Al biplaza que será devuelto, se añadirá probablemente otro más en compensación por la demora en las reparaciones.

El avión CASA
Tres años después de su compra, los aviones españoles CASA apenas vuelan por los problemas técnicos que han dado desde el principio. Sin embargo el ruido en los medios que provocan desde su adquisición zumba en los oídos de muchos políticos. No solo han sido los innumerables problemas técnicos que presentan y que hasta la fecha no han permitido que cumplieran con el cometido para el que fueron adquiridos en misiones como la de Afganistán. El Gobierno tripartito checo se encuentra también cuestionado y en parte dividido por la implicación de alguno de sus políticos en aquella sospechosa operación de compra por la que se pagó a Omnipol una cantidad desorbitada, muy superior a la que abonaron otros países por los mismos aviones.