Escultor David Treviño enseña cómo se puede ver sin ver
El pintor y escultor mexicano David Treviño, de Monterrey, no es invitado de este programa por primera vez. Durante sus repetidas estancias en la República Checa contribuye a ampliar los horizontes artísticos de los que se encuentran con él. La siguiente entrevista la grabamos hace un mes cuando inauguró en la Biblioteca Municipal de Ostrava una exposición de su obra plástica. A diferencia de las exhibiciones tradicionales, las obras expuestas en Ostrava se pueden tocar.
“Estoy muy contento. Es una museografía que nunca había puesto yo anteriormente y realmente es muy poco vista. Sabes que yo también soy maestro y la idea de ser didáctico está bastante acentuada en mi obra. Entonces, ahora pusimos un escritorio, encima de este escritorio pequeño está la pieza, que es para tocar, son dieciocho piezas en total, y a cada lado del escritorio hay una silla. ¿Con qué razón? Al entrar en la exhibición parece como si entraras en un salón de estudios. La idea es que tú puedas disfrutar cómodamente esa pieza y también dialogar con la persona enfrente, si acaso hay. Bueno, esto invita a que tú visites esta exposición de manera muy diferente a lo que estás acostumbrado en galerías y exposiciones”.
¿De qué material están hechas las piezas? He visto que hay una realizada de mármol negro de Monterrey, ¿lo trajiste directamente de tu país?
“Sí, es como una parte representativa y muy particular porque es mármol negro de Monterrey que no existe en otra área de la región o del mundo, seguramente. El resto de las piezas son cerámicas”.
Parece que hay también una obra inspirada directamente en la ciudad de Ostrava…
“Sí, se llama ´Paisaje urbano´. La exposición consta de tres partes. Una habla de lo abstracto, las texturas y todo para el sentido del tacto, la segunda, donde usamos los peces, habla sobre los sentimientos, y la tercera son esos rompecabezas, que venimos trabajando desde hace dos años. Ese rompecabezas del que estás hablando representa la imagen de la fábrica de Vítkovice, que me une mucho a la ciudad de Ostrava, porque vivo en Monterrey, que es un ciudad industrial también. Nosotros tenemos la llamada fundidora, que es lo mismo, sólo que esta fundidora ya paró y Vítkovice, una parte suya, sigue trabajando. Entonces, esas chimeneas, ese paisaje urbano me hacen sentir como en casa”.
Ésta es ya la tercera exposición que presentas en la Biblioteca Municipal de Ostrava. ¿Cuándo empezó tu colaboración con esta institución?
“Llevamos ya dos años colaborando. Yo estaba creando en un simposium de escultura y así surgió el contacto. Íbamos madurando este proyecto. Y ahora, te das cuenta, que ya se revela junto con talleres para invidentes, el resultado de esos talleres, más estas piezas…”
Tú ofreciste en Ostrava también dos talleres en el marco de las Jornadas de Arte para Invidentes. ¿Quién participó en estos talleres? ¿Cómo fue el trabajo con esa gente?
“La idea fue trabajar con personas invidentes y con personas con discapacidad. Hubo talleres para adultos. La idea era enseñarles algunas técnicas básicas para construcción en cerámica y la otra estuvo relacionada con los peces, que están expuestos aquí, es decir cómo puede ser que una pieza artística al ser tocada nos evoque algún sentimiento u alguna acción. Entonces, trabajamos sobre las texturas y el movimiento y elegimos el pez. También trabajamos otras piezas de carácter libre. Esas serán exhibidas después, ahora por el corto tiempo no fue posible, porque necesitan ser secadas, puesta en el horno”.
¿Participó mucha gente en ese taller?
“Sí, bastante. Estoy muy contento con la convocatoria, realmente, yo no me esperaba que viniera tanta gente. Viste en la inauguración que vino gente que participó en los talleres, escuelas con alumnos discapacitados, pues, me pone muy feliz”.
¿Cuánto tiempo tardas en componer ese rompecabezas con el paisaje urbano o ese de al lado que representa un tiburón? Me han comentado que una persona que puede ver tarda mucho en componerlo, mientras que una persona invidente lo hace más rápido. Entonces, ¿cuál es tu caso?
“En mi caso personal, yo sí me tardo, realmente. De hecho, cuando lo presenté obviamente como fue la primera vez me tapé los ojos y lo empecé a rehacer, y realmente me puse muy nervioso porque no hallaba las piezas. Obviamente, como nosotros nos soportamos mucho por la vista, buscas pistas que te dé la vista y no el tacto. Entonces, lo que tienes que hacer, como la persona invidente, chequear tamaño, volumen, altura, textura, y lo memoriza. Por eso puede ubicar las piezas en menor tiempo que alguien que ve. Hago dos niveles de rompecabezas, uno básico, que es fácil, y otro muy complicado. El más complicado tiene mayor información. Bueno, se puede tardar desde unos cinco minutos hasta veinticinco y hasta decirse, ya no puedo, y lo dejas así a medias, ¿no?”
Han escuchado, amigos. Los que quieran probar su destreza, tienen la oportunidad en la Biblioteca Municipal de Ostrava hasta el 30 de septiembre en la exposición del escultor mexicano David Treviño.