Escollos de la transición a la democracia
Con este espacio, "Del Totalitarismo a la Democracia", Radio Praga trata de ofrecer un vistazo sobre lo que ha representado el proceso de transición en la República Checa. Este espacio está dedicado a todas las personas interesadas en conocer detalles sobre la transformación checa desde la dictadura comunista hasta la democracia, por lo que creemos que encontraremos muchos radioescuchas en Cuba, donde importantes sectores de la población se preparan también para un proceso de cambio pacífico en la Isla.
¿Cómo fueron los primeros días tras la caída del comunismo en la República Checa y Eslovaquia?, ¿Cuáles fueron algunos de los principales escollos, preocupaciones, anhelos de ese proceso? Sobre estos temas conversamos con la Dra. Katerina Novakova, experta en temas de la transición checa y eslovaca a la democracia. Basándose en su propia experiencia, nuestra invitada opina que de la misma manera repentina como llegó la libertad a su país, llegará la democracia a la última dictadura de occidente: Cuba. Por esa razón, los futuros gobernantes de lesa isla caribeña deberán "tomar nota" de los errores y aciertos cometidos por países de Europa Oriental tras 1989.
Sra. Novakova, ¿Podría decirnos cómo piensa que será la fase inicial del proceso de transición en Cuba y si se pudiera comparar con la experiencia checa?
"Sobre si se puede comparar o no, difícil decir. Lo que si creo es que habrán varias similitudes con lo vivido por nosotros. En primer lugar, hay que darse cuenta que al inicio de un período de transición se produce siempre una suerte de euforia. Ello ocurrió sin excepción en todos los países hoy ex comunistas, incluso en Checoslovaquia, que, en comparación con otros países, poseía un nivel de vida relativamente alto. Ello sin duda ocurrirá también en Cuba. Y ese sentimiento, que se produce frente a la llegada de la libertad, tiene un efecto tan fuerte en las personas, que se genera mucho entusiasmo... a veces resulta incontrolable. Aunque creo que habrá una enorme diferencia entre el desarrollo de la situación en las grandes ciudades y lo que ocurrirá en las provincias, por lo que al segundo sector habrá que dedicarle especial atención".
¿En qué sentido se diferenciaban las actividades en la capital y fuera de ella durante la Revolución de Terciopelo?
"Mientras que en las grandes ciudades se efectuaban mítines y reuniones llenas de entusiasmo, en las provincias la situación era tomada con mayor cautela. En Checoslovaquia la caída del comunismo estuvo estimulada por las protestas estudiantiles del 17 de noviembre de 1989, las actividades de las escuelas y culminó cuando los teatros se declararon el huelga. Recuerdo como tanto actores como estudiantes crearon las llamadas "brigadas revolucionarias", compuestas por grupos de dos a tres personas que recorrían el país explicando qué era lo que estaba ocurriendo. Ello pienso que ocurrirá también en Cuba, tomando en cuenta que hay un movimiento disidente muy expandido. Bueno, y además en las regiones checas las iniciativas opositoras eran más reprimidas y por lo tanto se actuaba más cuidadosamente".
Supongo que entonces existía un bloqueo informativo muy fuerte, ¿Cómo se informaba a la ciudadanía que estaba llegando el final del régimen comunista en Checoslovaquia?
"Primero surgieron los centros de prensa independientes, diariamente publicaban un boletín que distribuían voluntarios. A ello hay que agregarle que rápidamente cambió el lenguaje de los medios de comunicación. Al comenzar las marchas estudiantiles muchos periodistas comenzaron a exigir que tanto los periódicos, como la radio y la televisión informaran objetivamente sobre el acontecer en el país. Hasta entonces los medios de comunicación checoslovacos pocas veces habían transmitido voces críticas. En todo caso, apenas la prensa vio que existía una posibilidad de expresarse libremente, de inmediato la aprovecharon".
¿Costó mucho trabajo a los medios de comunicación ganarse la confianza de la ciudadanía?
"Durante ese período inicial, que no se prolongó por mucho tiempo, pienso que las personas fueron capaces de aceptar prácticamente todo. Por ello es bueno que llegado el momento, los cubanos deben tratar de transmitir a la población que tienen perspectivas, pero que habrá dificultades. Pienso que hay que ser lo más abierto posible, incluso explicar a la sociedad que la transformación económica no será un proceso necesariamente agradable. Tengo recuerdos vivos de aquellas personas que participaban en las concentraciones de finales de 1989 y que ni siquiera protestaban cuando los oradores advertían que durante un tiempo sería necesario "apretarse el cinturón" porque la situación económica se encontraba en un estado tan lamentable que tomaría mucho tiempo volver a levantar el país".
Es decir, ¿vale la pena ser lo más abierto posible con la gente?
"Seguro que si. Prácticamente en todos los países poscomunistas hasta el día de hoy se plantean interrogantes y existen mitos sobre el proceso de transición. A veces dado a la falta de transparencia. En todos esos países la nueva generación política de una u otra manera mantuvo relaciones con representantes del antiguo régimen, y hasta ahora ese tipo de acuerdos despiertan sospechas del tipo... ¿Quién le prometió qué a quién y a cambio de qué? Por lo tanto, mientras más cerrado se sea con la ciudadanía es más fácil que surjan sospechas".
¿Qué hay del surgimiento de nuevos partidos políticos en una democracia naciente?
"Suele suceder que durante las primeras etapas de la democracia surgen decenas de partidos políticos de las más variadas tendencias, a veces hasta ridículas y bizarras. En Checoslovaquia fueron, por ejemplo, el Partido de los Amigos de la Cerveza y la Iniciativa Erótica Independiente. Y como el entusiasmo en general trae consigo un considerable sentido para la confusión, el primer parlamento suele ser una mezcla de representantes que no son capaces de ponerse de acuerdo en nada, ya que muchos de ellos no tienen ni siquiera una estrategia política. Por eso resulta un tanto caótica la composición del primer Parlamento".
¿Es posible evitar todo ello? Se lo pregunto porque esa es una de las grandes interrogantes de muchos opositores cubanos que hoy se preparan para los cambios en la isla.
"Existen dos formas de evitar todo aquello. Una, estableciendo una especie de umbral basado en porcentajes electorales que deben alcanzar los partidos políticos o movimientos, cuyos candidatos aspiran a integrar el nuevo Gobierno. Otra opción teórica es establecer para el primer cuerpo legislativo de representantes, por regla general, períodos electorales excepcionalmente cortos y contar con que durante ese período los partidos políticos recién nacidos en parte se consolidarán. Entonces, es de esperar que el segundo gobierno sea realmente representativo. Ambas posibilidades tienen sus ventajas y desventajas, pero es necesario proceder según las tradiciones y la situación de cada determinado país".
Otra difícil cuestión se refiere al derecho a voto y la posibilidad de que exiliados presenten sus candidaturas a cargos oficiales. ¿Cuál sería su recomendación basándose en la experiencia de la República Checa?
"El exilio, especialmente si es grande, representa en la vida política de un país ex comunista un elemento sumamente especial. Son las únicas personas que tienen una idea real de lo que es vivir en libertad. Sin embargo, a veces se trata de personas que formalmente son ciudadanos de otro país, por lo tanto no tienen derecho a voto. Puede resultar problemática también la relación entre quienes experimentan una transición y sus compatriotas que debieron abandonar su país. Sin embargo, no sería bueno excluir a aquellos exiliados de la vida política del país, ni mucho menos de la posibilidad de convertirse en representantes políticos. A diferencia del resto suelen tener experiencias con el mundo empresarial y muchas veces poseen algún capital. Por esos representan un importante elemento democratizador en la sociedad. Por supuesto es posible encontrar entre ellos muchos tramposos y oportunistas, pero de esa estirpe suele haber en todas partes".