“En Chequia hay muchas oportunidades”

Soledad Ruiz Díaz, foto: Dominika Bernáthová

La diseñadora de moda y profesora de Artes Plásticas argentina Soledad Ruiz Díaz hizo de Praga su casa hace cinco años. En nuestro espacio 'Praga Mía' nos contará sus experiencias con la vida checa y nos hará a conocer sus lugares favoritos del país.

Soledad Ruiz Díaz,  foto: Dominika Bernáthová
Que el amor mueve montañas es algo que sabe muy bien, ya que este fue el motivo que impulsó a Soledad a instalarse en el corazón de Europa. En Argentina conoció a un checo que estaba recorriendo Latinoamérica, y su nueva aventura pudo empezar, según cuenta.

“Vivimos en Argentina un tiempo, pero por su trabajo era más práctico volver a la República Checa. Como trabajo en arte, vestuario y cosas así, entonces para mí no había mucho problema vivir cualquier parte”.

Praga no le impidió seguir con su carrera de diseño y arte, y además dio a sus actividades otra dimensión, afirma.

“Hago diseño y ropa a medida. Normalmente es para bailar, sobre todo para el tango, y para el teatro. Y para otras personas, que quieren algo especial y no lo consiguen. También enseño dibujo y pintura en español. Es para los checos que quieren aprender español y hacer su pasatiempo de pintura y dibujo”.

“Hablando checo te das cuenta de la diferencia”

Habiendo vivido en varios países del mundo, Sol no tuvo ningún problema con la adaptación a la vida centroeuropea. A pesar de que varios extranjeros residentes en Praga le aconsejaron que era más útil aprender bien el inglés que romperse los codos con el checo, Sol quedó fiel a su convicción de que es importante hablar el idioma del país en el que uno vive, y se matriculó en un curso de checo en el Centro de Integración.

“Tienen planes de seis meses, entonces es muy interesante porque tienen el checo que se usa en la familia y en la calle, es muy práctico. También empecé a estudiar un curso intensivo, pero después de un mes no sabía muchas cosas. Como en español por ejemplo no tenemos declinaciones, en un mes aprendí muchas palabras, pero sin declinar no se entiende nada. Cuando vas un poco fuera de Praga, no mucha gente habla inglés, por lo menos la gente mayor. Me puse a estudiar con bastante entusiasmo el checo y me daba cuenta de la diferencia. Cuando vas a un país, para mí es muy importante hablar su idioma. También es una forma de respetar donde estás viviendo. Me dediqué bastante a aprender el checo, y se nota mucho la diferencia. Los checos, en general, por más que a veces no entienden completamente lo que quiero decir, siempre hacen un esfuerzo en interpretarme o ayudarme. Si tienes planes de vivir en la República Checa, por más que difícil sea el idioma, siempre conviene aprender el checo”.

“Praga es muy tranquila y verde”

Grébovka,  foto: archivo de Radio Praga
La mayor sorpresa nada más llegar a Praga eran la tranquilidad, la harmonía y ante todo la cantidad de espacios verdes. Soledad aún no se ha cansado de las bellezas de la ciudad y afirma que cada rincón tiene algo interesante que no sale en guías turísticas.

“Si no, sería un viaje de dos o tres meses. Tiene tantos secretos. Muy interesante y lindo para toda la familia es el parque de Grébovka, en Vinohrady. El año pasado tuvo una reconstrucción, entonces ahora está completamente preparado para la familia, hay parques infantiles, restaurantes, ... Hay un área muy grande con césped, flores y siempre veo que mucha gente organiza grupos y hace yoga, taichi, y cosas así. También suelen organizar milongas y bailan salsa”.

“Los checos quieren conocer la cultura latinoamericana”

El interés de los checos en conocer la cultura argentina, y generalmente,la latinoamericana, fue para la diseñadora otra agradable sorpresa.

“Es increíble la cantidad de gente que está interesada en aprender tango, salsa y otros ritmos latinos. Me parece que como los checos son muy buenos músicos, siempre están interesados en aprender nuevas manifestaciones de otros países. Después lo combinan con la danza”, afirma.

“Los checos son muy fieles a sus bares”

Lo que a la vida nocturna se refiere, los checos son conocidos por su costumbre de tomar sus cervezas en un solo bar toda la noche. Soledad señala esta costumbre de simpática.

“Me gusta mucho porque el ambiente es muy tranquilo. Y los checos son muy fieles. Cuando les gusta un restaurante, siempre vuelven al mismo. Hasta el personal del restaurante les conoce, les reserva una mesa, sabe qué cerveza les gusta y directamente se la traen”.

Ještěd,  foto: Miloš Turek
Asimismo aprecia que al salir por la noche de un bar, no tiene que preocuparse demasiado por su seguridad. “Puedes andar a la una o dos de la noche solo con chicas y no hay ningún problema. Esto es algo que no vi en muchas partes”, señaló.

Los fines de semana Soledad aprovecha para disfrutar de la naturaleza. Su destino preferido son los extensos bosques de Bohemia del Sur. El paseo libre por las arboledas le fascina, afirma. “Los bosques son completamente abiertos. Eso no sucede en muchas partes, no conocí otros lugares así. Normalmente en esta época vamos a cosechar hongos. Al principio cuando llegué tenía un poco de miedo y preguntaba: “¿Esta parte es privada? Sí, pero no pasa nada”. Entonces, me gusta que no haya cercos en los bosques, es mucho más libre y uno puede disfrutar de la naturaleza sin problema. Lo que me gusta mucho de Chequia es que hay cantidad de frutos silvestres del bosque. Arándanos, zanzamoras, cerezas...

“El país está conectado con senderos para bicicletas”

Otra excursión que disfrutó mucho últimamente fue en castillo de Konopiště, situado a unos 20 kilómetros de Praga. Servía como residencia del heredero al trono austrohúngaro, Francisco Fernando D´Este, cuyo asesinato desencadenó la Primera Guerra Mundial. Otra excursión recomendable es al monte de Ještěd, que se alza sobre la ciudad de Liberec, indica Soledad.

Konopiště,  foto: Miloš Turek
“En invierno hay pistas de esquí. No sé cómo se llama este deporte pero consiste en bajar con la bicicleta a través de las montañas. Como los checos están muy aficionados a la vida al aire libre, entonces tienen muchas opciones. Conozco a muchos amigos de América que disfrutan la cantidad de senderos para bicicletas que hay en Chequia. El país está completamente conectado a través de los senderos. A veces leo en Facebook que se hacen varios viajes, por ejemplo de Liberec a Praga. A través de las bicicletas van conectando incluso diferentes capitales de Europa, de países cercanos”.

¿Y los hombres checos? Sol sostiene que en comparación con los argentinos, los checos se muestran bastante más tímidos. “Pero me gusta mucho porque también son muy respetuosos. Está muy divertido, también por eso sucede que es seguro andar por la calle, porque los hombres no se sobrepasan”, afirmó.

“Los extranjeros deberíamos ser más agradecidos”

Una de las quejas más frecuentes de los extranjeros en cuanto a la vida en Chequia son las bajas temperaturas invernales. La diseñadora no obstante no pone quejas, ya que reconoce que las casas del país están bien preparadas para el frío y en todos los lugares hay un ambiente cálido. ¿Y por qué recomendaría la República Checa como un buen lugar para vivir a los que están en duda?. En el primer lugar destaca las oportunidades laborales.

“En comparación con otras ciudad de Europa pienso que hay muchas oportunidades de trabajo. Pero claro, hay que tener compromiso con el trabajo. Pienso que también es muy importante para los extranjeros ser un poco más agradecidos. Muchos dicen: “Es que acá solo se habla checo”. A veces los checos no hablan inglés. Pero si estás en este país, tienes que hablar el checo. Los checos no tienen la obligación de hablar inglés ni español. A veces los extranjeros no se dan cuenta de que al estar en otro lado tienen que adaptarse mejor. Nosotros siempre comparamos con nuestras costumbres. Y aquí muchas cosas son diferentes. Por ejemplo, el cumplir el horario, que acá se respeta mucho, indicó.

No tan fría como otros países europeos, y tampoco exageradamente familiar como Argentina. Soledad aprecia que Chequia sea un país intermedio y de momento no se plantea vivir en otro lugar.