El tatuaje está muy de moda en la República Checa

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El sol y el calor obliga cada verano a mucha gente a buscar alivio en las piscinas, o en las aguas de los ríos y los estanques del país. Los ornamentos multicolores que se pueden ver con frecuencia en los cuerpos desnudos ponen en evidencia que el tatuaje está cada vez más de moda en la República Checa. Hay quienes rechazan categóricamente este modo doloroso de adornarse el cuerpo, sosteniendo que se trata de una obsesión de capas bajas de la sociedad. Pero los defensores del tatuaje aseguran que se trata de una cuestión estética que les posibilita a expresar su inclinación hacia diversas posturas o filosofías.

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El tatuador Zdenek Stropek, quien trabaja en un salón de tatuaje de Praga, afirma que el tatuaje es una especie de arte que requiere varios dotes.

"Para ser un buen tatuador se necesita una gran paciencia, el deseo de aprender constantemente cosas nuevas, y estar en buenas condiciones físicas y síquicas. Además, considero como óptimo el estudio previo en alguna escuela artística. Lo digo de mi propia experiencia porque estoy egresado de la Escuela Superior de Artes Aplicadas, hecho que facilitó bastante mis inicios en esta profesión."

Zdenek Stropek señaló que el tatuaje dejó ser desde hace tiempo cuestión que caracterizaba a los criminales o a las capas bajas de la sociedad. Hoy en día, el tatuaje se ha convertido en una cuestión estética preferida, mayormente, por personas que cuidan de su cuerpo, hacen gimnasia y desarrollan sus capacidades físicas.

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"Diría que el tatuaje representa en un 95 por ciento de los casos una cuestión estética. Solo el restante cinco por ciento de la gente trata de presentar por medio del tatuaje sus posturas o sus inclinaciones, digamos, hacia las determinadas filosofías".

Las opiniones del tatuador Zdenek Stropek las confirmó Petr, uno de los clientes del salón.

"Considero el tatuaje una cuestión puramente estética que siempre me había gustado. Cuido de mi apariencia y salud física porque estoy convencido que está estrechamente vinculada con la salud síquica. Hago regularmente gimnasia y estoy cursando clases de diversos tipos de combate. No encuentro nada extraño si un hombre dedica atención a su cuerpo, hace gimnasia y se empeña por tener una figura buena y atractiva. Si pueden hacerlo las mujeres, ¿porqué no podrían permitírselo también los hombres?"

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Petr señaló que siempre piensa mucho sobre el motivo del tatuaje y el lugar donde debería ser ubicado.

"Nunca hay que apresurarse. El tatuaje acompaña a uno durante toda la vida. Es necesario pensarlo bien porque borrarlo resulta una cosa difícil. También por eso dejé pasar suficiente tiempo antes de decidirme firmemente sobre el tipo de los ornamentos. Vengo por tercera vez a este estudio. La primera ocasión dejé que me hicieran un tatuaje en el pecho, la segunda vez - en la espalda y ahora decidí colocarme un tatuaje en el brazo. Todavía no he decidido si se trata del último tatuaje en mi cuerpo, pero no me gustan las personas tatuadas de los pies hasta la cabeza".

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A los salones de tatuaje acude gente de distinta edad. Sin embargo, el grupo más numeroso de la clientela lo forman personas entre 20 y 30 años. Se trata de gente de diversas capas de la sociedad. Entre ellos figuran obreros, secretarias, empresarios, y hasta banqueros. Con frecuencia aparecen también ciudadanos extranjeros, señaló el tatuador Zdenek Stropek.

"Los salones de tatuaje en la República Checa los visitan muchos extranjeros, sobre todo de Gran Bretaña, Australia o los países nórdicos, puesto que en la República Checa hay precios más moderados. Por ejemplo, un dibujo que en este país cuesta 100 euros, en Alemania sale casi el doble. Simultáneamente, la calidad del tatuaje es comparable, o a veces mejor".

El tatuaje es cada vez más popular en la República Checa, aunque el tatuador Zdenek Stropek opina que no ha alcanzado hasta el momento su punto de culminación como, por ejemplo, en los países occidentales.