El proyecto desarrollado por expertos checos que garantizará el éxito de las misiones espaciales

 Jakub Mašek del Instituto de Aviación lanza la llamada cámara de vacío térmica

Un grupo de expertos de la Universidad Tecnológica de Brno desarrolla un interruptor térmico para ser instalado en sondas y satélites que viajarán al espacio exterior.

La labor de un grupo de expertos de la Universidad Tecnológica de Brno podría acabar siendo fundamental, ni más ni menos, que en futuras misiones espaciales. Tras más de cinco años de trabajo, estos han conseguido desarrollar un interruptor térmico capaz de regular la temperatura en sondas o satélites. Un proyecto que podría resultar bastante simple o sencillo pero sobre el que descansa buena parte del éxito de una misión de esta naturaleza.

Jakub Mašek, del Instituto de Ingeniería Aeroespacial, conoce a la perfección la importancia de un elemento como este. En un entorno tan radicalmente distinto como el espacio, donde las condiciones y las temperaturas pueden cambiar drásticamente de un momento a otro, la importancia de garantizar la integridad de los componentes es vital. Que una única pieza se sobrecaliente o se enfríe puede ser simplemente fatal. Es por ello que Mašek y su equipo prueban modelos y prototipos para asegurarse de su eficacia. Para ello se valen de una cámara que simula las implacables condiciones que los equipos electrónicos deben soportar en el espacio, desde 80 grados Celsius hasta 150 bajo cero, así como una intensa presión atmosférica. Es lo que se denomina como cámara de termovacío.

El interruptor térmico | Fuente: VUT Brno

“La cámara es un tubo grande de 30 centímetros. Podemos establecer la presión hasta 10 minipascales, que corresponde a la simulación del entorno espacial. Y podemos introducir dióxido de carbono para simular la atmósfera marciana”.

El interruptor debe ser capaz de soportar las condiciones extremas generadas en la cámara pero, lógicamente, también ha de ser capaz de desempeñar su función: regular la temperatura de forma autónoma. El interruptor en cuestión mide aproximadamente 3x5 centímetros y pesa solo unos 150 gramos. El proceso que permite a esta pieza aislar térmicamente los componentes de sondas o satélites es tan fundamental como, paralelamente, complejo. Mašek trató de explicarlo.

“Este dispositivo (la cámara de termovacío) fue construido de manera única para desarrollar un interruptor de calor. Cada sonda o satélite tiene componentes electrónicos que no deben sobrecalentarse ni congelarse. Hay temperaturas excepcionalmente bajas y altas en el espacio, por lo que la electrónica o las baterías necesitan aislamiento térmico. El interruptor es un dispositivo universal para usar en cualquier satélite, sonda o vehículo, ya sea en la Luna o en Marte. Tiene un pistón compuesto por una cápsula de parafina. La parafina es el material que funde y mueve el pistón. Cuando cambia, el contacto se cierra mecánicamente y el calor se disipa. Cuando la temperatura desciende por debajo de cierto nivel, la parafina se solidifica nuevamente, el pistón retrocede, el contacto se abre y el calor ya no se disipa”.

El Instituto de Ingeniería Aeroespacial de Brno lleva desde 2015 trabajando en la producción de este dispositivo en estrecha colaboración con la mismísima Agencia Espacial Europea. Mašek destaca esta colaboración tan poco habitual a la vez que señala el papel de la Universidad, que tiene entre sus manos una empresa única y realmente especial.

“Nos hemos convertido en los llamados contratistas principales, que es una posición en la que la universidad es el proveedor principal y se comunica directamente con la Agencia Espacial Europea. Es un modelo relativamente único para una universidad checa”.

Este interruptor térmico no es el único proyecto que el equipo tiene entre manos. Paralelamente, ya trabajan en el desarrollo de un prototipo de interruptor automático también bajo la estrecha supervisión de la Agencia Espacial Europea.