El palacio Platýz ofrece un respiro en el bullicioso centro de Praga

Palacio Platýz

El patio del palacio Platýz, construido por el anhelo de los burgueses de igualarse con la aristocracia, es una buena apuesta para todo aquel que busque un lugar tranquilo en el bullicioso centro de la capital.

Petr Kučera | Foto: Michal Böhm

Situado en el límite de la Ciudad Vieja y la Ciudad Nueva, el patio del palacio Platýz, con sus terrazas de cafeterías, es accesible desde la Avenida Nacional (Národní třída) y del cercano Mercado del Carbón (Uhelný trh). El arquitecto Petr Kučera, director del Monumento Cultural Nacional Vyšehrad, reflexionó para Radio Praga Internacional sobre lo más fascinante de este edificio desde el punto de vista arquitectónico.

“Es la fachada que mira hacia la Avenida Nacional, es grandiosa en estilo palaciego. Aunque se trata de un edificio de vecinos, la fachada palaciega simboliza la ambición de los burgueses de igualarse con la nobleza en el siglo XIX. La planta baja con arcadas y puertas de tiendas es también preciosa y la portada principal de pilares dóricos es homogénea desde el punto de vista arquitectónico”.

Palacio Platýz | Foto: Zdeňka Kuchyňová,  Radio Prague International

En Platýz se encuentra una de las primeras señales de tráfico

No todo el mundo sabe que al lado de la entrada principal desde la Avenida Nacional se encuentra uno de las primeras señales de tráfico que apareció en Praga.

Foto: Zdeňka Kuchyňová,  Radio Prague International

“Al lado de la portada se encuentra una pequeña lechuza en una percha, que era originalmente giratoria. En el palacio Platýz había alojamiento, estacionamiento para carretas y una posada, así que el patio era transitable. El estacionamiento tenía un aforo limitado. Cuando la lechuza estaba cabeza arriba, había plazas libres, pero si estaba cabeza abajo, todas estaban ocupadas. En el lenguaje actual, señalaba la ocupación del estacionamiento”.

En 1586, el palacio fue adquirido por el consejero y secretario del emperador Rodolfo II de Habsburgo, Jan Platejs, cuyo nombre un poco modificado, lleva hasta la actualidad, explica el arquitecto.

Palacio Platýz,  la entrada del Mercado del Carbón | Foto: Zdeňka Kuchyňová,  Radio Prague International

“Jan Platejs y su esposa Dorota compraron el palacio y lo reconstruyeron en estilo renacentista. Se reparó la fachada con una torre de tres pisos que mira hacia la Plaza del Carbón (Uhelný trh) y se construyó un patio con arcadas. El balcón con arcadas del primer piso, que mira al jardín, aún es visible. También se creó un jardín renacentista que se extendía hacia las fortificaciones de la Ciudad Vieja. Por cierto, su hijo, Jan Arnošt Platejs, que era canónigo y más tarde también obispo de Olomouc, obtuvo una concesión para que la casa sirviera vinos italianos, húngaros y de otros países, y que también alojara a viajeros. Así que fue su hijo quien estableció aquí la tradición hospitalaria que el palacio ha mantenido hasta la actualidad”.

Palacio Platýz | Foto: Elena Horálková,  Radio Prague International

Una teoría sostiene que Platejs obtuvo la concesión del emperador como indemnización por los daños causados durante la invasión de tropas de Passau en 1611, cuando el palacio fue saqueado por las tropas estamentales. En la crónica se concluye este acontecimiento con las siguientes palabras: “La muchedumbre entró en las bodegas, donde había mucha cerveza de cebada, se curaron con ella hasta la noche, y luego se fueron a sus hogares”.

El centro cultural de los siglos XVIII y XIX

En el siglo XVIII adquirió la propiedad el conde Para, que estableció en sus interiores una escuela de esgrima, una oficina de correos y organizaba bailes y conciertos, convirtiendo así el palacio en el centro cultural de la vida capitalina. El siguiente propietario, Jakub Wimmer, elevó el palacio y sus alrededores a un nivel aún más alto, explica el arquitecto Kučera.

Foto: Zdeňka Kuchyňová,  Radio Prague International

 “Jakub Wimmer era originalmente un gran latifundista que se hizo fabulosamente rico con suministros para el ejército, concretamente suministró ladrillos para la construcción de la fortaleza militar de Terezín. Era muy popular entre los ciudadanos de Praga como gran filántropo y también como mecenas que, además de la urbanización del palacio, de su bolsillo pagó la conversión de la Avenida Nacional en un paseo urbano con alamedas, ya que, hasta entonces, en su lugar había un foso vacío que se extendía desde la Ciudad Vieja. Así se creó el primer paseo con alamedas de Praga. También mandó construir en este paseo una hermosa fuente imperial de František Xaver Lederer, que hoy se encuentra en el Mercado del Carbón”.

Foto: Zdeňka Kuchyňová,  Radio Prague International

Otro propietario del palacio, František Daubek, se hizo rico también gracias a suministros para el ejército, en su caso de telas, y en 1847 remodeló el palacio en estilo clasicista, explica Kučera.

“El arquitecto Hausknecht unió varios edificios en uno grande de cuatro alas, con la fachada de la entrada principal orientada hacia la Avenida Nacional. Por cierto, fue una de las primeras casas de vecinos de Praga, y era muy lujosa. No era en absoluto una casa de vecinos para la clase media”.

Palacio Platýz | Foto: Zdeňka Kuchyňová,  Radio Prague International

En 1938, el edificio pasó por otra remodelación y adquirió la cuarta planta. Casi medio siglo después, el patio del palacio Platýz fue decorado con una fuente y una estatua de bronce que representa a una muchacha joven. Actualmente, en los edificios del palacio se encuentra el Café Platýz y en el atrio del palacio la Galería Platýz. Otros espacios sirven como viviendas y oficinas.

Foto: Zdeňka Kuchyňová,  Radio Prague International
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