El palacio de Zbiroh y la máscara de hierro

El palacio de Zbiroh se alza en la cima de una boscosa colina, en la comarca de Rokycany, situada al oeste de Praga. Desde las ventanas del palacio se disfruta de un magnífico panorama de montes y bosques. Zbiroh está abierto al público desde mediados del año 2005. Si visitamos esta mansión, aún mucho tiempo después reflexionamos sobre los enigmas todavía no descifrados que han dejado en sus recintos los nueve siglos de su historia.

El palacio de Zbiroh tiene su origen en un castillo gótico, edificado a principios del siglo 13. La primera mención del mismo se remonta al año 1230.Más tarde iban a cazar a Zbiroh los emperadores Carlos IV, Segismundo y Rodolfo II. Este último fundó un coto y varios de sus árboles se han conservado hasta la actualidad.

Una máscara de hierro, exhibida en el palacio, testimonia su historia en el siglo 17, cuando sus casamatas servían de cárcel para prisioneros de alta alcurnia. La máscara de hierro se la ponían a los presos para que nadie los reconociera durante los traslados e intentara liberarlos. De la pieza, de metal oscuro, emana algo siniestro. Además, debía de ser muy incómoda para los reclusos.

El "Rey de los ferrocarriles" es el protagonista de la homónima novela del escritor checo Adolf Branald, que familiariza a los lectores con los altos círculos financieros y algunos de los episodios se desarrollan en el palacio de Zbiroh.

Strousberg, que extraía mineral de hierro en la comarca de Zbiroh, planeaba convertirla en un poderoso complejo siderúrgico, en una especie de Manchester centroeuropea. Sin embargo, los ambiciosos planes del barón Strousberg fracasaron después del crack en la bolsa de Viena, en 1873.

Strousberg realizó una grandiosa remodelación del palacio de Zbiroh en estilo seudorenacentista. 1500 operarios trabajaron día y noche para convertirlo en una lujosa residencia. Después del crack en la bolsa, el empresario perdió todo y el palacio fue literalmente saqueado por los acreedores.

La sala-taller en la que trabajaba Alfons Mucha en el palacio de Zbiroh, tenía un tejado de vidrio, en aquella época una gran raridad. El pintor creó el 80 por ciento de sus pinturas al óleo en esa espléndida sala, donde se exhibe ahora el telón que Mucha pintó para la organización de educación física Sokol de la ciudad de Zbiroh.

Los lazos de la familia de Alfons Mucha con el palacio de Zbiroh se fortalecieron aún más después del año 1915, cuando allí nació el hijo del pintor, Jirí Mucha, futuro periodista, escritor y traductor.

Cuando surgió en 1918 la Checoslovaquia independiente, Alfons Mucha diseñó en el palacio de Zbiroh los primeros sellos checoslovacos.

Una de las salas de la parte restaurada del palacio está dedicada a la masonería, porque Alfons Mucha era el gran maestro de una logia masónica.

Alfons Mucha
La familia de los Mucha no se olvida de Zbiroh. En los últimos años lo han visitado la segunda esposa del desaparecido escritor Jirí Mucha, Geraldine, y su hijo John.

Al salir del ala del palacio habitada a principios del siglo XX por el pintor Alfons Mucha, nos detenemos frente a una torre gótica del siglo 13 que se alza sobre un peñasco que contiene cristales de jaspe.

El jaspe es una piedra semipreciosa. Un palacio contruido sobre rocas de jaspe, esto suena a cuento de hadas.

Es una realidad. Durante la Segunda Guerra Mundial incluso los nazis aprovecharon las curiosas características geológicas de las rocas en las que se asienta el palacio de Zbiroh. Comprendieron que los cristales de jaspe podrían actuar como gigantescos amplificadores. En 1942 las unidades SS expulsaron a los Colloredo-Mansfeld y los alemanes instalaron en Zbiroh un centro secreto de escuchas, cuyos equipos monitoreaban las emisiones de radio del mundo entero.

Torre gótica de Zbiroh
Terminada la Segunda Guerra Mundial, los Colloredo-Mansfeld regresaron al palacio de Zbiroh,pero en marzo de 1948 fueron expulsados por el régimen comunista. En la mansión se instaló el Ejército Checoslovaco, que hizo enormes estragos en sus recintos. Los militares cometieron, entre otras, la barbarie de cubrir con una capa de hormigón el suelo de la capilla gótica del siglo 14.

En la colina del palacio estaba instalado el gigantesco radiolocalizador Tamara que para los Ejércitos del Pacto de Varsovia seguía los movimientos de los aviones "invisibles" estadounidenses Stealth.

Después de la caída del régimen comunista, el Tamara fue desmantelado y el palacio de Zbiroh dejó de ser un lugar vedado. Fue restituido a la familia de los Colloredo-Mansfeld, pero ésta lo vendió al Estado.

Quedan también muchas cosas por explorar en el intrincado laberinto de calabozos y galerías subterráneas. Sólo sabemos que en el siglo 17 estuvieron allí encarcelados los rebeldes protestantes checos en vísperas de su ejecución en la Plaza de la Ciudad Vieja de Praga el 21 de junio de 1621.

Hoy en día tampoco conocemos todos los secretos del pozo palaciego, de 163 metros de profundidad, que está siendo limpiado por los dueños actuales de Zbiroh, la sociedad Gastro Zofín.

Durante la Segunda Guerra Mundial, el palacio de Zbiroh fue sede del Estado Mayor de las SS en la Bohemia ocupada por la Alemania nazi. Antes de retirarse, las SS escondieron en el pozo cajas con armas históricas y documentos. Lo hemos llegado a saber apenas en el año 2005, al iniciarse la limpieza del pozo histórico. Los alemanes instalaron en el pozo, a una profundidad de 80 metros,un fondo falso. Todavía no sabemos qué hay debajo de él.Es posible, amigos oyentes, que cuando visiten el palacio de Zbiroh, den con la pista de alguno de los numerosos secretos que encierra.

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