El museo de la empresa automotriz checa Tatra en la ciudad de Koprivnice

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La meta de nuestro viaje por ondas radiofónicas será esta vez el museo de la empresa automotriz checa, Tatra, con sede en la ciudad morava de Koprivnice. El museo, abierto en 1967, documenta más de 150 años de la historia de este tradicional fabricante checo de vehículos de carga y especialista en camiones todo terreno que hasta 1998 producía también turismos.

Las raíces de la empresa automotriz checa Tatra se remontan al año 1850 cuando Ignác Sustala, oriundo de la ciudad de Koprivnice, empezó a producir carrozas, explica Karel Rosenkranc, del museo de esa fábrica.

"Las carrozas se produjeron en Tatra hasta finales de la Primera Guerra Mundial. En los años ochenta del siglo XIX, Ignác Sustala supo reaccionar al rápido y prometedor desarrollo del transporte ferroviario, construyendo nuevas plantas de las que partieron en 1882 los primeros quince vagones de tren. Primero se fabricaban trenes de carga, más tarde también trenes de pasajeros. En 1925 se añadió la fabricación de trenes automotores. De ellos, el producto de punta es un tren del año 1936, con una velocidad máxima de 150 kilómetros, utilizado en la ruta entre Praga y la capital eslovaca, Bratislava. Está expuesto delante de nuestro museo".

Karel Rosenkranc destaca que el hito en la historia de la empresa Tatra fue el año 1897.

"En 1897 se fabricó en Tatra el primer turismo en Europa Central, 'President'. El original de un modelo tardío está depositado en el Museo Técnico Nacional de Praga. Desgraciadamente, no se conservó el primer modelo. Por ello, en los años setenta del siglo XX decidimos construirlo de acuerdo con el original proyecto del año 1897, y cómo logramos hacerlo, esto lo pueden ver los visitantes en nuestro museo. Es el objeto que abre la exposición de turismos".

Otro hito en la historia de Tatra fue el año 1898 cuando se inició la producción de vehículos de carga y camiones todo terreno, recuerda Karel Rosenkranc.

"El original del primer camión tampoco se conservó. Lo construimos también de acuerdo con su proyecto original en los años setenta y hoy en día abre la exposición de vehículos de carga. En fin, en nuestro museo hay más de sesenta automóviles fabricados desde 1897 hasta la actualidad. Representado está, por supuesto, también el último turismo, Tatra 700, con el que la empresa se despidió en 1998 de la producción de turismos. Desde entonces, Tatra fabrica solamente vehículos de carga y camiones".


Karel Rosenkranc subraya que en el museo de la empresa Tatra se pueden admirar ejemplares únicos.

"Hay, por ejemplo, dos camiones Tatra 805 en los que los viajeros checos Jirí Hanzelka y Miroslav Zikmund realizaron en 1957 su segundo viaje por el mundo, visitando muchos países asiáticos y Japón y cruzando toda la Unión Soviética. Está expuesto asimismo el turismo Tatra 87 regalado por la empresa en 1945 al mariscal soviético Andrey Yeremenko en agradecimiento a la liberación de Moravia del Norte de la ocupación hitleriana. Cuando Yeremenko visitó la ciudad de Koprivnice en 1969, le acompañé por el museo, preguntándole si todavía tenía ese turismo. Me dijo que sí y nos lo ofreció para la exposición. Es decir que desde 1970 está nuevamente aquí".

El visitante puede apreciar también la solidez de otros camiones que partieron para viajes por el mundo.

"Se puede ver el camión Tatra 815 GTC con el que la expedición de nuestra empresa realizó un viaje por el mundo entre los años 1987 y 1990. Este viaje por sesenta países de cinco continentes duró 37 meses, recorriendo más de 160 mil kilómetros. Entre los participantes figuraron dos que realizaron su primer viaje por el mundo en 1968 con el Tatra 138, cuando, como estudiantes de medicina en la Universidad Carolina de Praga, fueron encargados de transportar equipos médicos y medicamentos al hospital internacional de Albert Schweitzer en Lambarene".

Pero no todas las expediciones tuvieron suerte y algunas incluso se han cobrado vidas. Por ejemplo, varios participantes de la expedición "El Africa Viva", de 1994, fallecieron al pie del Kilimanjaro.

En el museo de la fábrica Tatra está expuesto el camión Tatra 815 4x4 con el que Karel Loprais ganó el rally París - Dakar por primera vez en 1988. Pero hay también unas verdaderas curiosidades, tales como un cabriolé fabricado en 1949 y regalado a Stalin, o los llamados aeroesquís, explica Karel Rosenkranc.

"Tenemos expuesto el prototipo fabricado en 1942. Se trata de un vehículo con un par de esquís en vez de ruedas, empujado por una hélice, y con una velocidad máxima de ochenta kilómetros. Se produjo solamente un prototipo, no se procedió a la fabricación en serie. Durante la Segunda Guerra Mundial, los nazis planearon utilizar los aeroesquís en su campaña contra la Unión Soviética, pero al final tuvieron que huir de Rusia antes de poder utilizarlos".


Karel Rosenkranc advierte que el museo de la empresa Tatra documenta también la producción de aviones, ya que en 1934 fue fundada en Koprivnice la división de aviones y motores aeronáuticos.

"El primer avión producido aquí fue un biplano de entrenamiento que pesaba 375 kilos. Se trataba de un avión alemán fabricado bajo licencia. El primer avión de producción propia salió de Tatra poco antes de la Segunda Guerra Mundial. Desgraciadamente, no se conservó ni un ejemplar. En el museo hay solamente un modelo del avión Tatra 101 que en 1938 batió el récord en la categoría de aviones deportivos, no superado hasta hoy en día. Fue un récord en el vuelo a distancia sin escala, cuando sus pilotos despegaron de Praga y aterrizaron a unos 17 kilómetros de la ciudad de Chartúm, Sudán, o sea, volaron sin escala 4 340 kilómetros".

La empresa Tatra producía asimismo vehículos y equipos de transporte para fines militares. Además de vehículos de carga y turismos, Tatra suministró a las Fuerzas Armadas y la Policía checoslovacas con jeeps Tatra 57 K. Durante la Segunda Guerra Mundial, la empresa fue obligada a producir más de seis mil piezas para las tropas hitlerianas. En la exposición está representado también un turismo de lujo fabricado en 1984 a petición del Ministerio de Defensa checoslovaco, que lo utilizaba durante los desfiles.

Karel Rosenkranc puntualiza que la exposición del museo de Tatra empieza con el turismo 'President' y termina con el coche del mismo nombre.

"Es un coche de lujo, muy cómodo y representativo, que fabricamos en los años noventa pensando regalarlo al entonces presidente de la República Checa, Václav Havel. Esperábamos que Havel lo utilizase como su coche presidencial. Desgraciadamente, el presidente lo probó en 1997, pero al final optó por otro automóvil. Al final, el 'President' terminó en nuestro museo. En fin, es uno de los monumentos de Tatra que no logró imponerse".