El Ministerio de Salud le declara la guerra a los curanderos
Un mes después de poner en marcha una línea de atención a las víctimas de la medicina alternativa, el Ministerio de Salud constata la gravedad de algunas actuaciones y baraja nuevas medidas para conseguir la responsabilidad penal de los curanderos.
“Nos aconsejaron que dejara de tomar insulina. Nos convencieron de podían curar totalmente la enfermedad. Para nosotros eran una autoridad, una autoridad en la que creíamos”.
Ahora a Dejmek le esperan 15 años de prisión, mientras que el curandero, que niega lo ocurrido, no ha asumido ninguna responsabilidad penal. Es solo un caso más de los muchos que el último mes ha registrado el Ministerio de Salud checo desde que abrió un buzón de quejas sobre los abusos de la medicina alternativa. Las historias rayan en algunos casos lo surrealista: una mujer que padecía cáncer de mama llegó a beber desinfectante, al ser convencida de que lo que tenía eran gusanos y tenía que matarlos. Otra enferma de cáncer recibió un tratamiento de hierbas cuyo objetivo era matar de hambre a las células cancerosas.
El mayor peligro se da cuando estas terapias alternativas sustituyen totalmente a la medicina convencional, advierte el oncólogo Pavel Klener.“Los peores son los curanderos que prohíben a sus pacientes un tratamiento normal, ya que en estos casos después la enfermedad se desarrolla tanto, que ya ni la medicina clásica puede salvar la vida del paciente”.
De momento el Ministerio de Salud está investigando los casos de los que ha recibido denuncia y, vista la situación, planea iniciar una campaña de concienciación ciudadana y, al mismo tiempo, proseguir con sus planes de endurecer las condiciones legales bajo las que trabajan estos terapistas.
Actualmente en la República Checa se supone que operan unos 10.000 curanderos, una cifra desmesurada si se tiene en cuenta que por ejemplo en la vecina Alemania, de población ocho veces mayor, son solo 7.000. La legislación alemana impone además el registro obligatorio de los curanderos y su encuadramiento en una de las 200 terapias alternativas reconocidas, haciéndolos además responsables legales de sus diagnósticos y tratamientos.
Este modelo podría ser adoptado pronto en la República Checa, donde ahora el curandero está considerado un mero consultor y resulta muy complicado que se hagan cargo de sus decisiones, como sí lo hacen los médicos.En otros lugares del mundo el uso de la medicina no científica tiene distintas consideraciones. En el continente africano el 80% de la población prefiere recurrir a los curanderos. En China la medicina tradicional, como por ejemplo la acupuntura, goza de gran prestigio a pesar de su falta de base científica, se enseña en las universidades y está cubierta por el seguro médico.