El gulden, la moneda austrohúngara precursora del euro, cumple 265 años

Billete de mil florines o guldens

Checos, eslovacos, húngaros, alemanes, eslovenos y otras naciones que conformaban el Imperio Austrohúngaro comenzaron a utilizar una moneda única, el gulden, en noviembre de 1750, hace 265 años. Al poderse usar en prácticamente toda Europa Central, es a su modo considerado precursor del euro.

Billete de mil florines o guldens
A mediados del siglo XVIII en el Imperio Austrohúngaro cada reino o región histórica contaba con su propia moneda, en Bohemia por ejemplo se usaba el tólar. Esta diversidad suponía un lastre para la integración económica del país y en noviembre de 1750, hace 265 años, la emperatriz María Teresa le puso fin con una reforma monetaria que introducía el gulden como moneda única.

Llamada en Hungría forint y en las Tierras Checas zlatý, la nueva moneda podía ser utilizada también en Baviera y Sajonia en virtud a una unión monetaria. Es por ello que el gulden suele ser considerado precursor del euro, afirma el profesor Pavel Szobi, especialista en historia económica.

“Exagerando un poco podríamos llamarlo precursor del euro. Realmente se podía pagar con él en casi toda Europa Central, especialmente en tierras alemanas. Uno sabía que cuando compraba productos en Bohemia, en Viena o en Baviera recibía el cambio en una misma moneda con el mismo valor”.

La emperatriz María Teresa
Siete años después se estableció que su subdivisión sería el kreuzer, en checo krejcar, de modo que 100 kreuzers equivalían a un gulden, y en 1762 se pusieron en circulación los primeros billetes. Para hacernos una idea del valor de la moneda, en 1850 el sueldo de un alto funcionario oscilaba entre los 500 y 700 guldens anuales. Un maestro de escuela ganaba 130 y un obrero entre 100 y 200.

El gulden fue sustituido por la corona austrohúngara en 1892. Esta a su vez fue sucedida en 1919 por la corona checoslovaca, una vez que checos, eslovacos y rutenos se unieron en un nuevo estado. La introducción de la nueva moneda nacional, llevada a cabo por el ministro Alois Rašín, sirvió para fortalecer la economía del país recién creado, subraya Szobi.

Alois Rašín
“La reforma de Rašín significó por un lado la escisión de la corona checoslovaca de la corona austrohúngara, y al mismo tiempo un reforzamiento de la nueva moneda. Solo una parte del dinero que estaba en circulación se convirtió en corona checoslovaca. Cuando uno iba al banco a cambiarlo, entregaba 100 coronas austrohúngaras pero solo le daban 50 checoslovacas. Las 50 restantes se las quedaba el estado en concepto del llamado préstamo forzoso. De esta manera se cimentaban las bases para la economía nacional, que estaba comenzando a desarrollarse”.

Mientras que el fin de la Primera Guerra Mundial supuso una dispersión monetaria en los países que habían formado Austria-Hungría, el fin de siglo trajo con el euro una nueva unificación. De los estados en los que al menos en parte de su territorio circuló el gulden entraron en la moneda única Austria, Alemania e Italia en 1999. Más tarde se añadieron Eslovenia y Eslovaquia. La República Checa de momento no tiene fecha para la adopción del euro.

Autor: Carlos Ferrer
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