El Estado recoge datos íntimos sobre los enfermos
Los defensores de los derechos humanos denuncian que el Estado Checo invade la privacidad de los ciudadanos recogiendo datos íntimos sobre los enfermos. Suscita críticas también el hecho de que no exista una normativa legal que estipule qué datos pueden registrase y en qué condiciones.
Los órganos estatales de la República Checa recaban para fines estadísticos datos sensibles sobre los enfermos, incluída su orientación sexual o su etnia. La forma como lo realizan no tiene respaldo en la ley y no es controlable. El Ministerio de Salud está preparando además una directriz que se propone intensificar aún más la recogida de datos íntimos. La Oficina para la Protección de los Datos Personales y el delegado gubernamental para los derechos humanos protestan enérgicamente en contra de la invasión de la intimidad de los ciudadanos.
¿Es Ud. homosexual? ¿Pertenece Ud. a la etnia gitana? ¿Es Ud. promíscuo? A estas preguntas deben responder en el consultorio médico los pacientes que padecen enfermedades venéreas o tuberculosis, así como las mujeres que se someten a un aborto. Los médicos llenan los respectivos formularios en los que consta el nombre de un paciente concreto. Por lo menos una parte de estos datos sensibles llega a los registros centrales. Los pacientes no saben lo que figura sobre ellos en dichos registros y ni dónde se guardan las informaciones sensibles.
El presidente de la Oficina para la Protección de los Datos Personales, Karel Neuwirt, advierte que la actual práctica está en contradicción con la protección de los datos personales, ya que no está regulada por ley. De esta manera el Ministerio de Salud puede hacer lo que quiera, por ejemplo establecer un registro de personas de ojos azules, critica el funcionario.
El Ministerio de Salud quiere ahora legalizar la recogida de datos, pero tan sólo a través de una directriz. El delegado gubernamental para los derechos humanos, Jan Jarab, no está de acuerdo con el borrador de la directriz, que considera inaceptable. A su juicio, los datos sobre la orientación sexual y la etnia de los enfermos deben eliminarse de los registros centrales.
Los médicos objetan que los datos sensibles se recogen desde hace cuarenta años y que es necesario para la protección de la sociedad ante las enfermedades. Los críticos advierten que la recogida de datos debe ser regulada por una ley que asegure un equilibrio entre el interés de la sociedad y los derechos del individuo.