El escándalo de los implantes de silicona llega a Chequia

El escándalo de los implantes de silicona alcanzó también la República Checa. El Instituto Estatal para el Control de los Medicamentos recomendó a las mujeres que tienen un implante de mamas de la firma francesa Poly Implant Prothese (PIP) que se sometan a un control para prevenir eventuales complicaciones.

Decenas de miles de mujeres de unos 65 países tienen prótesis de mama de la empresa francesa PIP, fabricada con silicona que se emplea mayormente para hacer colchones, por ejemplo. Este implante se aplicaba también en Chequia, pero no existen datos generales que documenten cuántas mujeres poseen ese implante mamario, según sostuvo Veronika Petláková, portavoz del Instituto Estatal para el Control de los Medicamentos.

Nuestro Instituto no tiene información hasta el momento de que alguna mujer tuviera complicaciones con las siliconas. Independientemente de ello insistimos en la necesidad de que las mujeres con implantes de mama se sometan preventivamente a un examen médico para descartar un eventual defecto”.

La importancia de someterse a un control médico para prevenir complicaciones con prótesis de mama de baja calidad la comparten los especialistas, entre ellos Jiří Ferra, cirujano plástico de una clínica privada, en Praga.

”Todas las mujeres deberían estar informadas de la marca de implante que les fue aplicado. En caso de tener alguna sospecha y no tener esos datos, es recomendable que visiten a un especialista. La mayoría de las mujeres no se da cuenta si algo pasa con la silicona. Un implante defectuoso puede causar luego serias complicaciones de salud a la mujer”.

Unas mil mujeres se someten en Chequia cada año a una operación de aumento de mamas. Y ello a pesar de que ese tipo de intervención quirúrgica cuesta más de dos mil euros en promedio, cantidad de dinero que equivale a más de dos sueldos mensuales medios. Otras 300 o 350 mujeres se someten a la reconstrucción de la mama tras su extirpación por cáncer de mama.

El Ministerio de Salud prometió que en caso de que alguna mujer tuviera complicaciones con la silicona, le sería aplicada una nueva, en forma gratuita.

Aunque la empresa PIP dejó de fabricar las siliconas defectuosas en marzo de 2010, decenas de miles de mujeres en todo el mundo sufren la consecuencia de la irresponsable política de la compañía francesa que sacrificó la salud de las mujeres para obtener mayores ganancias.

El mayor número de mujeres afectadas se registra en Italia, España, Gran Bretaña, Argentina, Venezuela, México y otros países latinoamericanos, ya que la mayor parte de la producción de los implantes de mama de la empresa PIP estaba destinada a la exportación.