El equipo paralímpico checo vuelve de París con ocho medallas y la sonrisa en los labios
En París concluyeron este domingo los Juegos Paralímpicos en los que los deportistas checos han conseguido un oro, cuatro platas y tres bronces. El nadador invidente de tan solo 16 años David Kratochvíl ha sido la gran estrella del equipo tras lograr colgarse tres metales.
Volvió a apagarse el fuego olímpico en París, paralímpico en este caso, y los últimos deportistas en disputar sus pruebas regresan desde este lunes a sus respectivos países.
Es el caso del propio nadador David Kratochvíl, que a sus 16 años no solo ha conocido la gloria al subirse tres veces al podio, sino también el honor de llevar la bandera checa en la gala de clausura de este domingo. Y ahora, en cuanto llegue a Chequia, dada su corta edad, lo que le toca es incorporarse a las clases en su escuela.
Pero seguramente habrá tenido un verano más intenso que muchos de sus compañeros: el 30 de agosto venció la prueba de 400 metros estilo libre, el único oro que se ha llevado Chequia estas Paralimpiadas. Dos días después logró la plata en 100 metros espalda y, un día después, el bronce en 200 metros estilos. Este sábado aún se quedó a un suspiro de sumar un bronce más, pero por sus declaraciones a la Radio Checa, no parece haberle importado demasiado.
“Es maravilloso. Fui de más a menos, pero no importa, lo he disfrutado mucho. Empecé ganando el oro y ahora tengo el juego completo de las tres medallas de las Paralimpiadas”.
Se ha llegado a comparar al checo con una de las grandes estrellas de la natación paralímpica, el francés Léon Marchand, ganador de cuatro oros y un bronce en París. No le parece una comparación odiosa a Kratochvíl.
“¿Compararme con Marchand? Bueno, no sé, yo creo que aún no estoy para eso. Es mi ídolo. Este año ha hecho tres 200 y un 400 y se ha llevado el oro en todos. Es tremendo, como Michael Phelps. Pero si alguien me quiere comparar con él, por mí perfecto”.
Quien también ha completado su colección de medallas en París ha sido otro nadador checo, Arnošt Petráček. Pero él ya contaba con un oro de los Juegos de Río en 2016 y una plata de Tokio hace tres años, siempre en la prueba de 50 metros espalda. El bronce de París sabe igual de bien que sus otras medallas, dijo.
“Estoy feliz. Teniendo en cuenta la competencia que hay y, en general, las condiciones en las que me he tenido que preparar, una medalla de bronce sabe a oro”.
Y confirma que, a sus 33 años, tiene la vista puesta en Los Ángeles 2028.
“Si la salud me lo permite y las circunstancias son las adecuadas, desde luego que me gustaría ir. No sólo porque disfruto de la piscina y el agua, sino porque también tengo un gran apoyo en el equipo, nos ayudamos los unos a los otros, somos grandes compañeros, tenemos grandes entrenadores… Esa es la razón principal por la que quiero seguir adelante. Así que espero que dentro de cuatro años vayamos a ver Los Ángeles”.
La expedición checa contó en París con 32 deportistas, 18 hombres y 14 mujeres. A los éxitos de Kratochvíl y Petráček, hay que sumar las dos platas de la tiradora con arco Šárka Pultar Musilová, una de ellas lograda junto a David Drahonínský, y la de Jiří Suchánek en tenis de mesa. También en tiro con arco llegó el otro bronce que nos queda mencionar, el de Tereza Brandtlová.
En realidad, estos han sido solo los medallistas, pero campeones han sido todos los participantes que llegaron a París superando cada uno cualquier adversidad.