El difícil cuidado a los indigentes en tiempos del coronavirus
Las personas sin techo son unas de las más amenazadas por la pandemia de coronavirus también en Chequia. Varias organizaciones humanitarias locales refuerzan sus programas de ayuda a esos ciudadanos, entre ellos el Ejército de Salvación, aunque reconocen que no es fácil debido a las circunstancias en que viven esas personas.
La lucha contra el coronavirus representa un importante reto para la civilización humana. La enfermedad puede afectar a cualquier persona y las más vulnerables son las de la tercera edad. Pero también las personas que viven en la calle.
Sin embargo, como destacó para Radio Praga Internacional Jan František Krupa, director nacional para los servicios sociales del Ejército de Salvación de la República Checa, llevar una evidencia de los indigentes infectados no es fácil.
”El último sondeo del Ministerio de Trabajo y Asuntos sociales del aňo 2018 sostiene que en la República Checa hay alrededor de 24 000 personas sin techo. Tener una evidencia de todas esas personas para ayudar a los infectados es casi imposible, justamente porque viven donde quieren. Además, nosotros consideramos que en el país hay muchos más mendigos, calculamos que son unos 30 000, pero su número real puede ser también de hasta 70 000”.
Como dijo Jan František Krupa, el Ejército de Salvación ofrece alojamiento temporal a las personas sin techo. Pero estos centros de asilo no pueden ser aprovechados para ingresar en ellos a los mendigos infectados por coronavirus. Esto a pesar de que entre los enfermos hay un gran número de indigentes de la tercera edad que figuran entre las personas más amenazadas por COVID-19.
”En el aňo 2016 realizamos un estudio que reveló que entre el 15% y el 20% de los indigentes son personas de la tercera edad, lo que es una cifra bastante alta. Esto se debe a que muchas personas envejecieron en la calle. Se quedaron sin trabajo y luego también sin hogar a sus 50 aňos, digamos, en tiempos cuando se reestructuraba en Chequia la industria y muchas empresas cerraron. Ahora tienen más de 60 y empiezan a necesitar ayuda permanente. Su situación es complicada, pero las casas de asilo no pueden cuidar de ellos porque son establecimientos de alojamiento y no de servicios de atención sanitaria y social”.
Jan František Krupa sostuvo que el Ejército de Salvación cuenta en Chequia con establecimientos para los mendigos de la tercera edad, pero que a nivel nacional existen muy pocos centros de estas características.
”Esta gente necesitará en los próximos meses o aňos ser ingresados en un establecimiento con cuidados sociales y sanitarios permanentes. Nosotros tenemos cinco en la República Checa, todos se encuentran en el norte de Moravia. Los llamamos ‘Puerto’, lo que evoca la posibilidad para que esas personas con una vida turbulenta lleguen finalmente a su puerto, en el que puedan pasar el resto de su vida en condiciones dignas. Estamos convencidos que estos establecimientos deberían surgir en todas las regiones del país, independientemente del COVID-19”.
El funcionario del Ejército de Salvación insistió en que el problema fundamental con los mendigos en general es que de estar infectados por coronavirus no se quedan en cuarentena en su hogar como los demás ciudadanos, porque no lo tienen.
”De seguro los indigentes no están bajo control de los médicos como los demás infectados. Esto significa que el contagio de la enfermedad COVID-19 entre ellos puede ser incontrolado. Esto es un gran peligro. Además, al pasar un mendigo la noche en una casa de asilo para las personas sin techo y estar infectado, puede contagiar a todas las demás personas que se encuentran en el lugar, porque en esos sitios hay un mayor riesgo de contagio”.
Como dijo Jan František Krupa, los indigentes desconfían de cualquier institución, al igual que de la Policía. En su opinión, ayudar a luchar contra la propagación del coronavirus entre las personas sin techo sería posible únicamente con ayuda de trabajadores sociales en el terreno. Estos suelen saber dónde se juntan y duermen en la calle los indigentes y, además, saben comunicar con ellos y convencerlos eventualmente de la necesidad de un tratamiento médico.
El Servicio de Salvación de la República Checa brinda ayuda a diario a entre 3000 y 5000 personas.