Dominika Bernáthová

El Lunes de Pascua en la República Checa está vinculado con una serie de tradiciones y costumbres realmente originales y una de ellas causa especial controversia.

Hradec Králové es una de las ciudades checas más antiguas con una gran importancia histórica: durante siglos fue una de las ciudades de dote de las reinas checas.

Uno de los escritores checos más conocidos a nivel munidal, Karel Čapek, tiene sus raíces en la región de Hradec Králové.

Hace dos años comenzó la invasión rusa en Ucrania, que ha obligado a miles de ucranianos a abandonar su patria y enfrentar los retos de la vida en el extranjero.

Molinos Automáticos, diseñados por el renombrado arquitecto checo Josef Gočár, se han convertido en un lugar vibrante con vida cultural, con el que presume Pardubice.

Emil Holub, del pueblo de Holice, en la Región de Pardubice, es para los checos lo que David Livingstone para los británicos. Viajó a territorios desconocidos de África.

La historia de la comunidad judía de Třebíč quedó grabada en su barrio, que se conserva en perfecto estado y se encuentra en la lista del Patrimonio de la UNESCO.

Gustav Mahler fue compositor y director de orquesta austro-bohemio, destacó como director de la Ópera de Viena y de la Ópera Metropolitana de Nueva York.

El leve y agradable olor de carboncillos de incienso, conocidos en checo como františky, enriquece la atmósfera navideña en muchos hogares checos.

La versión cinematográfica del cuento de hadas Tres nueces para Cenicienta es un símbolo imprescindible de la Navidad para los checos.