Diferentes posturas de políticos checos hacia la Constitución Europea

De izquierda: Cyril Svoboda, Vladimír Spidla y Slavomír Novotný, portavoz del gobierno checo (Foto: CTK)

Los estadistas europeos llegaron el viernes pasado a un acuerdo sobre el texto de la primera Constitución de la Unión Europea. La postura de los políticos checos hacia ella no es unánime.

De izquierda: Cyril Svoboda,  Vladimír Spidla y Slavomír Novotný,  portavoz del gobierno checo  (Foto: CTK)
La coalición gubernamental aplaude la aprobación de la Constitución Europea llevada a cabo por representantes de los 25 países miembros de la Unión. La oposición la somete a una dura crítica. Así podría resumirse la postura del escenario político checo hacia el texto que influirá en la vida de 450 millones de ciudadanos de la Europa unida.

El primer ministro checo, Vladimír Spidla, calificó su aprobación de un enorme progreso y garantía del futuro de Europa como un fuerte actor en el mundo globalizado.

"La Constitución Europea traerá sobre todo la capacidad de Europa de decidir como un conjunto. Hasta ahora las decisiones exigían el acuerdo del cien por cien. Como consecuencia, en ocasiones llegar a una decisión ha sido bastante difícil y ha tardado demasiado tiempo. El cambio fundamental consiste en que los países más grandes han aceptado la posibilidad de poder estar vencidos por una mayoría de votos".

El jefe de la diplomacia checa, Cyril Svoboda, destacó que la Constitución hará que la Unión Europea sea más eficaz y su procedimiento más simple.

"A diferencia del proyecto elaborado por la Convención Europea, el viernes logramos en Bruselas reforzar el peso de los países miembros y asegurar que los tres países más populosos no puedan bloquear el proceso de decisión de toda la Unión. Logramos imponer lo que nos hemos propuesto: que cada país tenga un comisario".

Sin embargo, la oposición no se muestra tan entusiasmada. La mayor fuerza oposicionista, el Partido Cívico Democrático, critica que la Constitución transfiere gran número de decisiones a Bruselas, donde los intereses checos podrían verse perjudicados. No está de acuerdo con la idea de tener un único ministro de Relaciones Exteriores comunitario y rechaza la creación de las unidades militares de la Unión Europea.