“Comunistas, devuélvannos el pelo”
En la Checoslovaquia comunista no tenía cabida ningún tipo de extravagancia. Tampoco las melenas en los hombres a quienes los funcionarios perseguían con las tijeras en la mano. En esta edición de 'Legados del Pasado, Testimonios del Presente' les aproximaremos los motivos de esta curiosa campaña represiva, que enfrentó a miles de melenudos y a las autoridades comunistas.
Esa era la definición de personas contra las que el Partido Comunista Checoslovaco desencadenó en los años sesenta una inmensa represalia que incluía acosantes controles de documentación, detenciones y hasta violentos cortes de pelo.
El aspecto melenudo, inspirado en su mayoría en la imagen de músicos de rock and roll del mundo occidental, símbolos de la libertad, llevó a miles de ciudadanos a ser tratados como si fueran delincuentes.
“Nos rechazaba casi toda la sociedad”
Diferir de la sociedad mayoritaria y romper con las normas culturales enraizadas simplemente no se llevaba en aquellos tiempos, según afirma el cantante Jaroslav Hutka, que se vio obligado a emigrar en 1978 a Holanda, precisamente por los incesantes acosos policiales.“Era ridículo que los agentes nos molestaran, pero era su trabajo. Lo feo era que nos rechazara casi toda la sociedad. La gente nos ofendía en las calles, no había quien nos defendiera, ni siquiera nadie de las filas de los intelectuales. Éramos una generación joven que le daba asco a la gente. A todos. Creo que cuando los policías nos detenían, muchos sentían alivio. Fue un asunto de un repulsivo e ignorante gusto burgués, propio para aquella sociedad. Ellos no se daban cuenta de que íbamos contra los comunistas. Para ellos éramos una juventud sucia y melenuda”.
Según el historiador del Instituto para el Estudio de los Regímenes Totalitarios, Petr Blažek, el rechazo de todo lo que se desviaba de las normas no brotaba exclusivamente de la ideología comunista.
“Tiene que ver con el carácter de la burguesía checoslovaca. Pero al régimen comunista tampoco le quitaría la culpa. Sus campañas enlazaban con las tradiciones más antiguas, introducidas por los ocupantes nazis que también rechazaban cualquier tipo de moda extravagante”, indicó.El antropólogo Filip Pospíšil sostiene que el Partido Comunista pretendía buscar su legitimidad en la acentuación de las normas y los valores burgueses, y obtener así el apoyo de personas mayores.
“Encontraban la legitimidad en la adoración de una imagen formal, la diligencia, y un comportamiento reglamentario. Ese fue el denominador común en el que el Partido Comunista establecía su poder”.
¡No lean a Winnetou! También llevaba melena
Los años sesenta, cuando se empezaron a aflojar los tornillos del rígido régimen estalinista, representaban para muchos ciudadanos una época de esperanza y más ganas de luchar contra el sistema.
El movimiento hippie, la banda británica Beatles y otros artistas de países no comunistas los inspiraban para dar un paso hacia un futuro mejor, indica el historiador Filip Pospíšil.
“En Checoslovaquia había una nueva generación que tenía que enfrentarse a una desfavorable situación económica. Otra cosa es que los jóvenes no tenían ninguna visión positiva hacia al futuro. La mayoría era consciente de que pasarían la vida trabajando en una fábrica. La gente sabía que en el extranjero había algo totalmente diferente y atractivo, por lo cual tenía la necesidad de identificarse con algo nuevo, vivir en su propio mundo y a su manera. Probablemente eso les causó los problemas con el régimen”.No eran exclusivamente los músicos los que influían en el aspecto de los jóvenes checoslovacos. Los comunistas pusieron en marcha asimismo una curiosa campaña contra la lectura de novelas de aventura del escritor alemán Karl May. Resulta que el protagonista de los libros, el apache Winnetou del viejo Oeste, también llevaba el pelo largo.
Otros melenudos perseguidos por el régimen comunista se defendían diciendo que sus ejemplos eran los revolucionarios cubanos, como Ernesto Guevara, cuyo aspecto también era barbudo y peludo.
El mapa de la aparición de los “Máničky”
Para detener a los melenudos con mayor facilidad los comunistas crearon un mapa señalando con color rojo las zonas más frecuentadas por ellos, mientras que las zonas verdes y amarillas eran los puntos de encuentro de delincuentes y personas desempleadas, consideradas por los comunistas parásitos y siendo juzgados en los tribunales.
En Praga la mayoría de los melenudos se reunían en la escalera del Museo Nacional, lo que les dio el nombre de “escaleros”.
Sin embargo, la titulación más conocida de los melenudos es “Máničky”. Este apodo se refiere probablemente al aspecto de la marioneta Mánička del famoso espectáculo dentro del teatro de títeres 'Spejbl y Hurvínek'. Sin embargo, nadie sabe con certeza cómo surgió el nombre.
Según indica Petr Blažek, los comunistas arremetieron contra los melenudos desde los años cincuenta.
“Todas las campañas terminaban igual. Costaban mucho dinero y los detenidos acababan en los centros de reeducación, como ocurrió por ejemplo en 1957 en una redada contra los aficionados al rock and roll. Todas las campañas concluían con el comentario de que no era posible dominar la situación solo con la represión, sino que había que poner en marcha programas de prevención, colaborar con la Unión de la Juventud y hablar con los jóvenes. Después seguía una época de liberación para que más tarde todo pudiera empezar de nuevo. También se reprimió a los aficionados al punk y a la cultura underground“.
Cuatro mil detenidos en un verano
La mayor redada contra los melenudos llegó en el verano de 1966. Bajo el nombre 'Melenudos (Vlasatci)', los comunistas detuvieron a casi cuatro mil personas en todo el país, indica Blažek.“Los deteníanen las calles y los llevaban a prisión. Apelaban a la sociedad a través de sus empleadores y escuelas para que la campaña llegara a todos. Los trabajadores cortaban el pelo a sus compañeros y se han registrado muchos casos en los que los transeúntes les cortaban el pelo en la calle. También se les expulsaba de tranvías, de espacios públicos. En la historia de Checoslovaquia esta situación es comparable con el estatuto de los gitanos, que tenían después del año 1928 prohibido entrar en cines, plazas de las ciudades o en algunos restaurantes”.
”En vez de melena, me corto las venas”
Las reacciones a las campañas contra el pelo largo eran diversas. Algunos rechazaron cortarse sus melenas camuflándolas, otros pedían a los funcionarios que les devolvieran su pelo.
Los más radicales se cortaban las venas para demostrar la gravedad de la situación.
En los años ochenta las represiones contra los melenudos se fueron calmando paulatinamente, ya que la atención de los agentes se centraba en los aficionados al punk y los representantes de la cultura underground. La libertad total del aspecto físico llegó con la caída del régimen comunista.