Cierran la última mina de uranio en Chequia
Después de 60 años de explotación se procederá al cierre definitivo de la última mina de uranio en la República Checa, la de Rožná, al este del país. Con ello se pondrá fin también a uno de los capítulos de la industria minera nacional.
”Estamos preparando el fin de las labores en la mina, y levantamos unas construcciones de apoyo en los túneles subterráneos. Es un trabajo de unos tres meses de duración, y ya que hemos empezado en enero, planificamos concluir todo en marzo próximo. Entonces terminaremos también con la extracción de las últimas 25 toneladas de mineral de uranio”.
El plan para el ulterior aprovechamiento de la mina como un almacén para gas no va a ser realizado, al igual que otros proyectos, por lo que será necesario proceder a la demolición de los edificios de administración y de otros trabajos sobre la superficie, según sostiene Pavlína Sachová, portavoz de la compañía estatal DIAMO, encargada de la recuperación de los terrenos tras la extracción de uranio.
”Después de terminar la extracción, en el área de la mina Rožná se procederá a la demolición de los edificios y la eliminación de todos los equipos y material contaminados. Paso seguido se procederá a la reforestación de estos terrenos”.
Se calcula que esos trabajos lleven entre cinco y siete años. La alta chimenea que forma parte del área de Rožná es el inmueble que más tiempo será conservado, debido a que actualmente se encuentran instaladas en ella antenas de varias compañías de telefonía móvil.Junto con el cierre de la mina serán despedidos entre 250 y 300 mineros y otros trabajadores. En la primera ola fueron despedidos ya 150. Algunos trabajadores podrán quedarse algún tiempo todavía, para ayudar con la recuperación y la reforestación de los terrenos.
En los pasados 60 años, en la mina de Rožná se turnaron más de 30.000 trabajadores y fueron extraídas más de 20.000 toneladas de uranio. En los años 60 trabajaban en el lugar unas 3.500 personas y en los años 70 más de 4.000. La extracción de uranio más intensiva en el lugar se produjo entre 1962 y 1963, cuando varios trenes cargados de uranio partían cada mes de la mina local en dirección a Rusia.
Durante los tiempos del estalinismo, en las minas de uranio trabajaban sin mayor protección de salud sobre todo los opositores al régimen comunista. Estos eran enviados a las minas de uranio para cumplir sus penas, que les fueron dictadas en procesos politizados. Entre los presos políticos enviados a esos trabajos forzados figuraron antiguos empresarios, políticos opositores, así como curas católicos.