Cientos de banderas tibetanas ondean en Chequia
Con motivo del 54 aniversario del Levantamiento Nacional Tibetano, en la República Checa se han izado cientos de banderas tibetanas en ayuntamientos, escuelas y gobiernos regionales en solidaridad con la región asiática. Unas 400 personas se manifestaron frente a la embajada china en Praga.
La parte más visible son las banderas tibetanas que se izaron por todo el territorio checo, un acto organizado por la asociación Lungta de solidaridad con el Tíbet y a la que este año se han sumado 466 administraciones públicas y 59 centros educativos. De acuerdo con la directora de Lungta, Edita Kleckerová, el izado de las banderas es solo una de las muchas actividades que organizan en apoyo al Tíbet. Entre ellas destaca su ayuda a la educación de los monjes tibetanos en el exilio.
“Lungta ya hace varios años que financia dos escuelas en la región india de Ladakh: Diskit y Tikse. Uno de nuestros objetivos es de hecho apoyar económicamente a los tibetanos que viven en el exilio, y la tradición pedagógica tibetana fue violentamente interrumpida en los años 50 del siglo XX. En Lungta conseguimos el dinero necesario para el monasterio de Diskit gracias a tres años de colecta pública, con ese dinero estamos construyendo nuevas zonas residenciales para que los monjes vivan en mejores condiciones”.
Paralelamente, el domingo unos 400 manifestantes se congregaron frente a la embajada China en Praga para pedir la independencia del Tíbet y condenar las violaciones de los derechos humanos cometidas por los chinos en la región. El acto fue organizado por la rama checa de Amnistía Internacional y mediante 107 siluetas de papel, recordaron a los respectivos tibetanos que se han quemado vivos hasta el momento en protesta por la ocupación china.
Desde la incorporación forzosa del Tíbet a China, en 1950, la teocracia feudal que regía en el país se vio sustituida por el comunismo chino, lo que derivó en resistencia armada y el rechazo de amplios sectores de la población. En 1965 los lamas se vieron privados de sus tierras y se introdujo la educación secular. Durante la Revolución Cultural china de 1966 los guardias rojos destruyeron buena parte del patrimonio cultural del país, incluyendo miles de templos y monasterios budistas.Aunque en 1979 se estableció la libertad religiosa y se pudo volver a practicar el budismo, Beijing todavía impone en el Tíbet importantes limitaciones culturales. El activista y director de cine checo, Igor Chaun, considera que protestas como las de este domingo son absolutamente necesarias para salvaguardar la cultura tibetana.
“Estamos asistiendo a la retransmisión en directo al fin de una cultura única, de una sociedad espiritual única, que a lo largo de cuatrocientos años depuso las armas y aunó el ejercicio del poder estatal con la espiritualidad. Estamos siendo testigos del desaparecer de una civilización”.
El fallecido presidente checo Václav Havel fue un gran amigo del Dalái Lama, la cabeza del gobierno tibetano en el exilio. De hecho el compromiso y solidaridad con el Tíbet cuenta en la República Checa con una potente tradición que se remonta al establecimiento de la democracia en el país y al activismo anticomunista.