Científicos checos convierten aguas residuales en agua potable
Convertir las aguas residuales y pluviales en agua potable, es uno de los grandes retos de la ciencia moderna. Expertos checos lo han logrado al desarrollar un nuevo sistema nanotecnológico capaz de ayudar a solventar el problema de escasez de agua en el mundo.
Esa es la capacidad de un nuevo invento checo desarrollado por la empresa BMTO en colaboración con la Universidad Técnica de Liberec (TUL).
El aparato tiene una gran demanda y se vende prácticamente solo, indicó Petr Kudrna, director técnico comercial de la compañía en la Televisión Checa.
“Naturalmente, el mayor interés existe en los países con escasez de agua potable. El sistema se puede poner en marcha de inmediato en caso de averías, contaminación de aguas, etc.”, dijo.El aparato funciona en base a filtros de nanofibras, gracias a las que es mucho más eficaz en comparación con las membranas convencionales de cerámica o metal.
Además, cuenta con un paso de agua por filtro mayor, por lo que es capaz de limpiar un mayor volumen de agua bajo gastos de servicio mucho menores, mientras que su vida útil llega a hasta diez años, según aseguró el director.
Un remedio eficaz en caso de grandes averías
La empresa en colaboración con los expertos universitarios ha estado desarrollando el dispositivo desde 2011. El nuevo aparato está destinado tanto para la depuración de agua en hogares, como en mayor escala para las empresas industriales.
También puede ser utilizado por las ciudades en las depuradoras municipales de agua o en casos de averías urgentes, como la del año pasado que dejó sin agua a unos 30.000 habitantes del barrio de Dejvice de Praga.
El nuevo método cuenta con convertir en agua potable también las aguas pluviales. En ese caso el procedimiento es aún más fácil. La ventaja del nuevo sistema consiste en su capacidad de mantener en el agua los minerales y otras sustancias importantes, que quedan eliminadas en otros procesos, como la ultrafiltración y la osmosis.
A pesar de que los exámenes laboratorios han dejado claro que el agua obtenida gracias a la nueva tecnología es potable, las leyes checas por el momento no permiten su distribución. Las aguas residuales depuradas de esta forma se pueden usar por el momento solo para el riego y en el sector industrial.