Chequia se suma a la protesta de Lituania contra la liberación de Mijaíl Golovatov

Mijaíl Golovatov

La Diplomacia checa se ha puesto del lado de Vilna en la disputa entre Lituania y Austria por la liberación de un antiguo espía ruso, supuestamente implicado en una masacre de civiles.

Mijaíl Golovatov,  foto: Vilniausdiena
El ministro de Relaciones Exteriores checo, Karel Schwarzenberg, ha condenado la decisión de Viena de liberar al ex oficial de la KGB, Mijaíl Golovatov, sospechoso de haber participado en el sangriento intento de golpe de Estado contra el Gobierno de Lituania en enero de 1991.

“Personas responsables de la muerte violenta de miles de civiles durante las dictaduras en Europa Central y del Este deben ser juzgadas. Es una obligación moral de cada país europeo colaborar en estos casos”, declaró el canciller checo. La República Checa es así el tercer país que expresó su apoyo a Lituania, después de Letonia y Estonia.

Vilna había solicitado la extradición de Mijaíl Golovatov tras ser detenido en el aeropuerto de Viena el jueves de la semana pasada. Sin embargo, las autoridades austriacas lo pusieron en libertad alegando defectos de forma en la orden de arresto lituana.

Vojtěch Berger
La Diplomacia lituana ha calificado de “insolidaria” la actitud austriaca y ha acusado a Viena de “violar las leyes internacionales y las normas de la Unión Europea”. El corresponsal de la Radiodifusión Checa en Lituania, Vojtěch Berger, explica por qué es tan importante para las autoridades lituanas que Golovatov sea llevado a los tribunales

“El golpe de Estado de enero de 1991 es de suma importancia para Lituania y toda la región, porque es considerado como uno de los hitos en el camino de los países bálticos hacia su independencia de la Unión Soviética. Lituania ha juzgado a varios culpables de la masacre en los últimos 20 años. Golovatov está entre los pocos que han huido de la justicia”, sostiene Berger.

Mijaíl Golovatov
Vilna acusa a Golovatov de haber estado implicado en el ataque que sufrió la Radiotelevisión de Lituania en 1991, meses antes de que Moscú reconociera su independencia. La operación fue ejecutada por un comando especial de las fuerzas soviéticas, el llamado Grupo Alfa, dirigido por Golovatov. Entre 14 y 17 personas fallecieron en la intervención y centenares de civiles resultaron heridos.

La tensión entre Vilna y Viena preocupa a los empresarios del país alpino, que temen que podría afectar negativamente los negocios entre Austria y los países bálticos. El alcalde de Salzburg, Heinz Schaden, que mantiene estrechas relaciones con Vilna, se disculpó a las autoridades lituanas por la actuación de su país.