Chequia se defiende ante la UE de las acusaciones de reparar la autopista D1 por un precio desproporcionado
La Dirección de Carreteras y Autopistas de la República Checa ha hecho frente a las acusaciones del Parlamento Europeo de que las obras de reconstrucción de la autopista D1 tienen un precio superior al razonable. Si Chequia no consigue convencer a los eurodiputados podría perder la subvención de Bruselas para las obras.
Uno de los factores es la cimentación de la autopista, ya que se ha optado por excavar a una profundidad de entre 50 y 70 centímetros y superponer diversas capas de grava, hormigón y cemento. Según el vicepresidente de la Dirección, Jan Kroupa, esta técnica es preferible a la fragmentación, más barata.
“Si hablamos de una base de cemento y hormigón, su vida útil es de 30 años, más si se somete a un mantenimiento apropiado. La fragmentación, por su parte, tiene una vida útil que depende del tipo de terreno. Hablamos de 10, 12 o 15 años. Además, en este caso iríamos contra todas las normas y reglamentos, porque en la D1 tenemos un tráfico muy intenso de vehículos de transporte pesados”, explicó.La polémica ha estallado con el inicio de las obras en tercer tramo de la D1 en ser reconstruido totalmente, el que va del kilómetro 41 al 49 de la autopista, concretamente entre las localidades de Šternov y Psáře. Los automovilistas tienen a su disposición solo los cuatro carriles de una de la vías, que se usarán en ambos sentidos, como en una carretera convencional, mientras que la otra vía está siendo totalmente levantada.
La D1, de 377 kilómetros de longitud, hace tiempo que no cumple las condiciones para el elevado número de vehículos que la utilizan. La modernización de la vía permitirá a largo plazo una mejor comunicación entre las dos mayores ciudades de la República Checa.