Chequia recuerda los 25 años de sus inundaciones más devastadoras del siglo XX
El 5 de julio de 1997 se produjeron en la República Checa las inundaciones más catastróficas del siglo XX que afectaron a casi una tercera parte del país y acabaron con la vida de 49 personas. En este especial recordaremos ese trágico capítulo que hace un cuarto de siglo conmovió al país y despertó una inmensa ola de solidaridad.
Todo comenzó con varias tormentas que se produjeron después de un viernes caluroso. El sábado 5 de julio, las incesantes lluvias provocadas por un ciclón pusieron de alerta al país entero. Sobre las cuencas de los ríos Morava y Oder cayeron en pocos días casi la mitad de las precipitaciones de todo un año y los ríos se desbordaron. El lunes 7 de julio, el agua dejó sus primeras cinco víctimas. Al día siguiente, la situación se agravó especialmente en la región de Olomouc. Unas inmensas trombas de agua inundaron las carreteras y aislaron las ciudades de Olomouc y Přerov del resto del mundo. La reportera de la Radio Checa de Olomouc, Marie Hovadíková, describió la penosa situación.
“El río Morava se ha desbordado e inundado gran parte de la ciudad. No funciona la electricidad, el transporte público ni las líneas telefónicas. Muchas carreteras y puentes han quedado bajo el agua y se ha evacuado a las personas de varios barrios de la ciudad”.
Las regiones más azotadas por la tragedia fueron Moravia, Silesia y Bohemia Oriental. Numerosos pueblos y aldeas se quedaron sin electricidad, gas y agua potable. El martes 8 de julio, el agua arrasó la aldea de Troubky nad Bečvou, situada cerca de la ciudad de Přerov. La localidad se inscribió imborrablemente en la crónica negra y terminó siendo el símbolo de aquellas inundaciones. El agua dejó nueve víctimas y arrasó 150 casas, esto es, casi tres cuartas partes de las viviendas de Troubky nad Bečvou. Después de 25 años, la ciudad ha planificado la construcción de un sistema de diques especiales que proteja a la aldea de inundaciones. No obstante, el proyecto no cuenta con apoyo de todos los ciudadanos, especialmente por su aspecto, que fue considerado por algunos feo, caro y megalómano. Los habitantes de la aldea deberían decidir sobre la construcción del sistema en un referéndum.
El agua cambió irreversiblemente la apariencia de numerosos pueblos y ciudades. Una de las más dañadas materialmente fue la ciudad de Otrokovice, en las cercanías de Zlín. Los equipos de rescate evacuaron a 6500 ciudadanos y un total de 1082 hogares acabaron inundados. Los habitantes regresaron a sus casas devastadas aproximadamente dos semanas después y los daños materiales en Otrokovice superaron los 140 millones de euros.
La valentía y profesionalismo de los equipos de rescate
El ejército, los bomberos y otros equipos de rescate mostraron una gran profesionalidad y valentía. El encargado de operaciones de rescate, el general Petr Voznica, fue galardonado por su esfuerzo con una Medalla al Mérito. Así respondió a la Radio Checa preguntado por su estado emocional durante las operaciones de rescate y su condición para dar las órdenes correctas.
“Cuando se ve la enorme desgracia humana en las zonas afligidas por las inundaciones y el hecho de que la gente no tiene más que dos manos y lágrimas en los ojos, creo que cualquiera se queda conmovido. Con mi equipo nos reunimos y analizamos cada decisión. Uno es consciente de que tiene que ayudar a las personas necesitadas y al mismo tiempo sabe que tiene detrás a 8500 personas jóvenes cuyas vidas no puede poner en peligro. Hay que mantener la cabeza fría”.
De acuerdo con una declaración publicada en la página web de la Brigada de Bomberos de la República Checa, las inundaciones revelaron que los organismos públicos no estaban suficientemente preparados para hacer frente a una catástrofe de tales dimensiones. Los planes de protección contra inundaciones no existían, los requisitos de seguridad del agua no estaban suficientemente establecidos y muchos cauces de ríos carecían de mantenimiento. Se violaban asimismo las normas de seguridad en muchas empresas. Aunque los sistemas fallaron, los equipos de rescate profesionales y voluntarios trabajaron de manera admirable, lo que valoró para la Radio Checa el entonces presidente del Gobierno, Václav Klaus, que también compartió sus impresiones de la tragedia.
“Tengo que decir que me impresionó el trabajo de los individuos, equipos voluntarios y profesionales que pusieron sus vidas en peligro y ayudaron con mucha energía y esfuerzo. Otra sensación que tengo es deprimente y la tercera se refiere a la transición de una fase a otra, es decir, de la alegría de que a algunos no les haya pasado nada y el agua no se haya llevado sus casas completamente, pasando a la impaciencia por el regreso de la vida a la normalidad. Me preocupa un poco este paso de una fase a otra para que no vuelva a ganar el típico carácter checo y que no todos pensemos que, por ser la mayor catástrofe del siglo XX, todo estará reparado pasado mañana. No será así y la impaciencia y la envidia no pueden superar las sensaciones positivas, productivas y creativas y el trabajo”.
Una ola de solidaridad sin precedentes
La solidaridad que la tragedia despertó entre los checos fue extraordinaria. Se recaudaron más de 30 millones de euros, además de toneladas de alimentos, agua, ropa o artículos de higiene. El entonces presidente de la República Checa, Václav Havel, visitó las zonas afectadas en Bohemia Oriental y aplaudió ese enorme compañerismo de los ciudadanos.
“Hay una gran ola de solidaridad que se levantó en nuestro país. Parecía que cada uno estaba pensando solamente en sí mismo sin tener en cuenta la existencia de los demás. No obstante, la solidaridad fue admirable, al igual que el trabajo de la administración pública, los soldados y los bomberos. Fue un hecho muy esperanzador”.
Una advertencia ante el trato a la naturaleza
Václav Havel señaló que la actitud positiva del pueblo representaba una oportunidad para ofrecer una mejor imagen de la República Checa y evaluó positivamente el papel del Estado como intermediario de solidaridad. A las personas que perdieron sus hogares les dirigió el siguiente mensaje.
“Entiendo su desesperación y desconsuelo, pero pienso que cada uno debe buscar en esta situación negativa una señal o un reto. Tal vez, esta inundación es una advertencia ante nuestro trato a la naturaleza. Las personas hoy se comportan como los señores de la creación, del planeta y del universo. Creo que el ser humano debería darse cuenta de que solamente forma parte del planeta, de la biosfera y del universo, y que debería ser más modesto y humilde”.
Saqueos y abusos
No todas las personas eran solidarias, sino todo lo contrario. La Policía detectó 42 casos de presuntos delitos contra la propiedad y robos. Por su parte, algunas personas se dirigían a las zonas afectadas para vender a los damnificados alimentos y bebidas a precios exagerados. La reportera Jana Zemková, de la Radio Checa de Olomouc, informó sobre varios abusos.
“Mientras que algunos salvaban la vida, otros se aprovecharon de la situación para saquear los hogares y tiendas abandonadas, por lo que las patrullas policiales fueron reforzadas”.
La infraestructura sufrió extensos daños. El tráfico en líneas ferroviarias clave se detuvo por completo durante varios días debido a un desmantelamiento total de los cruces ferroviarios más importantes de Moravia. Un total de 26 puentes tuvieron que ser demolidos y se produjeron asimismo daños ecológicos. Hubo 19 fugas de sustancias nocivas.
El agua afectó a 536 municipios, 80 000 ciudadanos fueron evacuados, 10 000 personas se quedaron sin hogar y la catástrofe dejó 49 víctimas mortales. Durante los trabajos de rescate murieron 3 bomberos y 58 resultaron heridos. El agua golpeó fuertemente también Polonia y Eslovaquia. Alemania y Austria también resultaron afectados. Los daños materiales totales por la tragedia conocida en el mundo como la “inundación centroeuropea de 1997” se estimó en más de 4000 millones de euros, de los que más de la mitad se registró en la República Checa.
Un sistema funcional para hacer frente a inundaciones
Las consecuencias de las inundaciones impulsaron importantes cambios en la legislación checa con el fin de unificar las competencias de la administración pública, así como los derechos y obligaciones de personas físicas en materia de protección ante las inundaciones. Los ingenieros hidráulicos elaboraron estudios de protección contra inundaciones. Han mejorado significativamente también los servicios de notificación y predicción de inundaciones, la comunicación con servicios de rescate, así como la posibilidad de la alerta temprana a la población residente en las zonas de riesgo de inundación. De acuerdo con la Brigada de Bomberos de la República Checa, el análisis posterior confirmó que el sistema de seguridad contra inundaciones estaba configurado de forma eficiente, lo que facilitó al país a hacer frente a las extensas inundaciones de 2002 que afligieron a la capital checa, entre otras localidades. En el sistema de gestión de trabajos de rescate y liquidación se inspiraron, por ejemplo, Hungría y Bélgica y los especialistas checos presentaron su estrategia en grupos de trabajo de la OTAN y la Unión Europea.