Checos que querían servir en órdenes militares españolas
La presencia de nobles centroeuropeos, entre ellos checos, en órdenes militares españolas está documentada desde hace siglos. Sobre este tema profundiza el libro que la historiadora Anna Mur i Raurell presentó este jueves en el Instituto Cervantes de Praga.
En el 2019 se cumplirán 100 años de las relaciones diplomáticas hispano-checas, por este motivo el Instituto Cervantes de Praga y la Embajada de España organizan una serie de eventos sobre el tema.
En esta ocasión se trata de la presentación del libro La Mancha roja y la Montaña Blanca, de la historiadora Anna Mur i Raurell. Esta obra reúne valiosa información sobre diversos nobles centroeuropeos que durante los siglos XVI y XVII pertenecieron a órdenes militares españolas de Santiago, Calatrava y Alcántara. Unos datos de gran importancia, teniendo en cuenta que la autora se basa en documentación original de procedencia austriaca, checa y española. El acto contó con la presencia de un ilustre elenco de expertos en el tema, con la moderación del profesor Josef Opatrný, del Centro de Estudios Iberoamericanos.Anna Mur i Raurell lleva alrededor de 30 años estudiando temas que atañen a las órdenes militares españolas dentro y fuera de nuestras fronteras, es decir, esta obra supone una ampliación natural de los primeros temas en los que se centró al inicio de su carrera, como nos comenta ella misma.
“El origen del libro presentado en el Instituto Cervantes de Praga sale de mi lejana tesina y de mi lejana tesis doctoral en las que me ocupé de una encomienda de la orden de Santiago. Con el tiempo fui ampliando estos estudios e interesándome por la proyección internacional de las órdenes”.
La autora comenzó estudiando lo referente a las órdenes militares durante la Edad Media, pero al pasar a la Edad Moderna encontró que faltaba mucho por investigar respecto a Europa Central, según explica.“Del periodo medieval en el que empecé pasé a la época moderna. Y me di cuenta de que en los estudios existía un vacío importante, y es que el centro de Europa quedaba sin ningún estudio referido a esta zona geográfica. Entonces me puse a estudiar los expedientes que existen en el Archivo Histórico Nacional de Madrid y así llegué a recoger unos 114 expedientes referidos a 114 caballeros centroeuropeos que ingresaron en las órdenes militares españolas. Es un periodo muy largo el que se ha considerado, desde inicios del siglo XVI hasta finales del XVII”.
Por lo que su obra se entiende como necesaria dentro de este campo, ya que aporta información que hasta ahora no se había publicado. Mur i Raurell añade que ciertos aspectos de las relaciones entre los Habsburgo de España y los centroeuropeos no habían recibido la suficiente atención hasta el momento.
“Es nuevo porque nadie había estudiado tantos aspectos de las relaciones entre las casas de los Habsburgo, los Austria españoles y los Habsburgo centroeuropeos. Nadie había prestado atención a un aspecto fundamental, porque daba la base ideológica a la nobleza católica como un elemento de cohesión, y esto es lo que fueron los hábitos de las órdenes militares españolas de Santiago, Calatrava y Alcántara”.
Para los nobles centroeuropeos de aquella época, adherirse a una orden militar española era toda una declaración de intenciones. En una época donde la Reforma protestante se extendía por Europa, apoyar a los Habsburgo españoles era una señal clara de apoyo a la Iglesia católica y la política europea de los gobernantes españoles.“Naturalmente con el hábito demostraban su adhesión a la Iglesia católica, en un momento de grandes problemas religiosos, con la Guerra de los Treinta Años. O sea, tomaban una posición religiosa y al mismo tiempo filohispánica, es decir, que se interesaban por Felipe II y su política en Centroeuropa, que estaba dirigida a frenar el avance de la Reforma”.
La posición predominante de la monarquía española en este momento propiciaba este tipo de adhesiones, que produjo interesantes intercambios culturales y matrimonios mixtos en la corte, lo que llevó a que el español fuera uno de los idiomas que en ocasiones pudo oírse en la multicultural corte del Reino de Bohemia.
Lo normal es que en estos aristócratas existiera un interés inicial en el catolicismo, el idioma y la cultura de España, y que su entrada en alguna orden militar le diera un beneficio puramente social, no material. Pero, por supuesto, hubo también algunas ocasiones en las que recibieron un interesante incentivo económico, que animaba a los nobles a solicitar su entrada a estas órdenes, destaca Mur i Raurell.“En la nobleza bohemia, existían aristócratas que hablaban castellano, estaban muy interesados en la cultura española. Y se trataba de demostrar su adhesión a Felipe II, a la casa de Austria española y a la Iglesia católica. Su fundamento más importante era este. Pero algunos recibieron encomiendas en España, iba acompañado el hábito con una encomienda que tenía normalmente rentas, eran tierras que producían rentas de diverso tipo. Eso también era un estímulo”.
Un caso muy conocido de intercambio cultural del siglo XVI es el del matrimonio de la noble española María Manrique de Lara con el noble checo Vratislav II de Pernštejn, al que Felipe II de España condecoró con una de las mayores distinciones que se podían otorgar a un noble, el Toisón de Oro. Hoy en día, los restos de este matrimonio hispano-checo descansan en la catedral de San Vito de Praga.