Censo nacional despierta malestar entre población checa

El próximo censo en la República Checa ha despertado entre la población del país más de un malestar. Resulta que los ciudadanos deberán entregar al Estado una serie de datos confidenciales a diferencia de otros países europeos. Además de sus datos generales los ciudadanos deberán incluir en los formularios información acerca de sus bienes personales o del patrimonio familiar, lo que ha provocado temor entre la población, que se siente amenazada con la posible manipulación de estos datos.

La Oficina para la Protección de Datos Personales insiste en que el Censo del próximo 28 de febrero debería ser anónimo, mientras que la Oficina de Estadísticas checa asegura que no hay razones para temer, ya que la confidencialidad de los datos personales está asegurada. Antes de finalizar esta semana ambas instituciones deberán encontrar una salida a este problema y definir si habrán modificaciones en el método de recolección de datos en el próximo Censo.

Karel Neuwirt, director de la Oficina para la Protección de Datos Personales señala que aún es tiempo para realizar estos cambios y confía en que ambas instituciones lograrán un acuerdo. La directora de la Oficina de Estadísticas, Marie Bohata, explicó entretanto que si se pretende que el censo entregue resultados fidedignos debe existir un riguroso control, por lo que se ha ideado un sistema que se basa en el registro del número de identidad y así evitar que un ciudadano sea contado dos veces.

Llenar el formulario es obligatorio, de lo contrario los ciudadanos serán multados. En la prensa nacional han aparecido incluso recomendaciones de cómo completar el cuestionario para no tener que incluir aquellos datos que no se desea revelar. Por ejemplo, si un checo no quiere entregar detalles sobre su patrimonio deberá completar ese apartado con información falsa.

Algunos analistas creen que de existir un gran número de ciudadanos que rechaza revelar sus datos confidenciales, la multa podría ser anulada.