Catedral de San Vito: un templo que refleja los hitos de la historia nacional

La catedral de San Vito

Acaba de aparecer en las librerías checas un libro titulado ‘La Catedral de San Vito, Venceslao y Adalberto: El Santuario de los Patronos y Reyes Checos’. La intención de sus autores fue recordar que ningún otro monumento del país lleva inscrita la historia checa y de sus habitantes de forma tan nítida. La catedral de San Vito, al ser el último lugar de descanso de santos y reyes checos, es un símbolo de la nación.

La catedral de San Vito
El historiador Jaroslav Šebek explica la historia más reciente de la catedral: de cómo se acabó su edificación y también las disputas entre la Iglesia y el Estado en cuanto a su posesión. Es el destino de muchas catedrales metropolitanas: llevar siglos sin ser terminadas. El impulso que hizo concluir la construcción de San Vito surgió a mediados del siglo XIX.

“En 1844 el canónigo de San Vito, Pešina de Čechorod, dio un impulso para crear una Asociación para acabar con la construcción de San Vito, que se creó en 1859 y desde entonces los trabajos, que se iniciaron, llevaron a la conclusión de la catedral”.

La edificación de la catedral se terminó oficialmente en el año 1929, no obstante hubo trabajos de remate que duraron hasta principios de los años 50. El 12 de mayo de 1929 la catedral fue santificada oficialmente y el 18 de septiembre del mismo año entregada, en un acto solemne, al pueblo checo.

El libro titulado ‘La Catedral de San Vito,  Venceslao y Adalberto: El Santuario de los Patronos y Reyes Checos’
Jaroslav Šebek responde a la cuestión si existe alguna simbología en estas fechas.

“Seguramente, eso fue relacionado con las celebraciones de los mil años de la muerte de San Venceslao, que empezaron a tener lugar ya en primavera. Los historiadores, principalmente el historiador Josef Pekař, determinaron la fecha del asesinato de San Venceslao en el año 929, así que en 1929 se festejó el milenio. Estos eventos fueron preparados con la conciencia de que la Iglesia quería mostrar una cara afable al público y la santificación de la catedral fue aprovechada como una conclusión simbólica”.

Puesto que eso fue 11 años tras la constitución de la Primera República Checoslovaca, cabe preguntar por la relación entre el Estado y la Iglesia durante este periodo. Jaroslav Šebek a continuación aclara esta compleja relación.

Jaroslav Šebek
“Se puede decir que los vínculos entre la Iglesia y el Estado fueron bastante tensos, debido a que durante los primeros años de existencia de la Primera República pasó por la sociedad una fuerte corriente anticatólica, la Iglesia fue prácticamente expulsada de la vida pública y fue altamente criticada, por ejemplo, por sus lazos con la casa de los Habsburgo y por su lealtad con la Monarquía Austrohúngara. Al mismo tiempo la Iglesia sufría de una crisis interna, ya que no supo dirigirse a la parte más culta del público. Además, dentro de la Iglesia hubo luchas entre los conservadores y el ala reformista. En 1920 se fundó la Iglesia Checoslovaca, a la que se convirtieron unos 700 mil católicos”.

A pesar de las discordias, Jaroslav Šebek opina que estas relaciones problemáticas no afectaron demasiado la propia catedral. Según el historiador, las discusiones sobre el significado patriótico de la catedral tienen origen en aquella época.

“Por supuesto se discutía sobre cómo hay que percibir la catedral. Estas discusiones siguen existiendo hasta hoy día. Diría que entre las élites políticas hubo voluntad de acabar su construcción. Voy a mencionar un par de números: El Gobierno checoslovaco dedicó en 1924 para la conclusión de la catedral cuatro millones de coronas, que serían hoy día unos 160 mil euros. El propio presidente Tomáš G. Masaryk donó de sus fondos privados 100 mil coronas, que serían unos cuatro mil euros. También las instituciones religiosas proporcionaron finanzas para la construcción, el Cabildo de San Vito en 1924 concedió 800 mil coronas, unos 32 mil euros y las colectas públicas rendían hasta medio millón de coronas al año”.

El acto solemne de santificación de la catedral tuvo lugar en mayo de 1929 y Tomáš G. Masaryk, el presidente de entonces, no participó en él y para descubrir esta joya del Castillo de Praga en su nuevo abrigo vino en otra ocasión, comenta Jaroslav Šebek.

La catedral de San Vito
“Eso no era debido a que tuviera una relación negativa con la catedral, pero fue consecuencia de sus preocupaciones para que las celebraciones de San Venceslao, que se terminaban a finales de septiembre, no fueran aprovechadas por el clericalismo político, en concreto por el Partido Popular Checoslovaco. Cabe mencionar que las celebraciones tuvieron lugar durante la campaña electoral al Parlamento. Yo diría que el presidente tuvo más bien motivos políticos y no fue su intención mostrar una relación reservada hacia la Iglesia católica o la religión”.

Durante el Gobierno del presidente Edvard Beneš las relaciones entre el Estado y la Iglesia mejoraron. En una entrevista con el Embajador austríaco, Ferdinand Marek, Beneš mencionó que el catolicismo y el socialismo constituyen los principales pilares de la lucha contra las dictaduras fascistas. Él veía en las Iglesias sus aliados en lucha contra la Alemania nazi. Hablando de la Alemania nazi, el historiador Šebek explica la situación de la catedral durante el Protectorado de Bohemia y Moravia (1939-1945).

La Capilla de San Venceslao de la Catedral de San Vito,  foto: Barbora Kmentová
“Diría que la catedral servía como un lugar de encuentro para las personas que a través de su participación en las misas demostraban sus posturas de patriotas. Tal como en el comunismo la gente que iba a misa manifestaba su resistencia contra el régimen comunista. Así que podemos decir que durante la ocupación por los nazis, la catedral cumplía con un papel del símbolo nacional. En cuanto a su posesión, allí no cambió nada. La catedral seguía siendo propiedad del Cabildo metropolitano”.

El cambio llegó en los años 50 cuando la catedral y todo el recinto del Castillo de Praga pasaron a ser propiedad ‘del Pueblo entero’. Según el historiador Jaroslav Šebek todos los problemas que hay que enfrentar actualmente tienen origen en el momento de la ‘confiscación’ de la catedral. En 1949 la Iglesia católica fue desposeída de todos sus bienes y la ejecución de los servicios religiosos se paga de fondos públicos. La ley del año 1949, enmendada en 1991, está en vigor hasta hoy día.