Cada vez más checos venden su plasma sanguíneo en Austria
Una remuneración más alta y una legislación que permite donar la sangre con más frecuencia son los motivos que llevan a cada vez más habitantes de Moravia del Sur a vender su plasma sanguíneo a Austria. Sin embargo, la frecuente donación los puede exponer a serios problemas de salud.
Mientras que por una extracción del plasma realizada en la República Checa se llegan a obtener unos 14,5 euros, la remuneración en Austria resulta ser más interesante, según afirma Kamila, que visitó un centro de la donación en la ciudad austríca de Reitz ya en siete ocasiones.
“Por cada extracción pagan 20 euros. También hay pagos extras para premiar la fidelidad, que pueden llegar a ser de hasta 50 euros”, afirmó.
La mayor parte de los donantes proceden de entre las filas de los estudiantes o personas de escasos recursos. Muchos de ellos se suelen poner de acuerdo a través de redes sociales para dirigirse a Austria en grupos. No solamente para compartir los gastos por gasolina, sino también a fin de aprovechar la oferta, que en caso de hacer llegar a otra persona que acuda a la donación al menos cinco veces, enriquecerá su bolsillo con otros 30 euros.
Mientras que la legislativa de la República Checa establece la frecuencia de la donación a dos extracciones al mes como máximo, la normativa austríaca es más benévola, determinando el íntervalo mínimo entre las tomas del plasma en tan solo tres días.Pese a que el plasma es capaz de renovarse en un plazo de 48 horas, los médicos consideran la normativa checa adecuada, ya que pretende proteger la salud de los donantes, según afirma la gerente del Centro de Extracciones de la Sangre de la ciudad de Třebíč, Marie Dudíková.
“No es posible hacer de un hombre solamente un recurso de materia prima y experimentar con lo que su organismo soporta. Uno debería darse cuenta de lo que el plasma sanguíneo realmente es y para qué sirve. Ni la sangre ni el plasma son agua. Es una solución de proteínas colodial y desempeña un papel importante en el organismo. Sobre todo asegura su capacidad defensiva. Si alguien dona sangre con mucha frecuencia, seguramente esto afectará su inmunidad”.
Mientras que la legislativa de la República Checa establece la frecuencia de la donación a dos extracciones al mes como máximo, la normativa austríaca es más benévola, determinando el íntervalo mínimo entre las tomas del plasma en tan solo tres días.Pese a que el plasma es capaz de renovarse en un plazo de 48 horas, los médicos consideran la normativa checa adecuada, ya que pretende proteger la salud de los donantes, según afirma la gerente del Centro de Extracciones de la Sangre de la ciudad de Třebíč, Marie Dudíková.
“No es posible hacer de un hombre solamente un recurso de materia prima y experimentar con lo que su organismo soporta. Uno debería darse cuenta de lo que el plasma sanguíneo realmente es y para qué sirve. Ni la sangre ni el plasma son agua. Es una solución de proteínas colodial y desempeña un papel importante en el organismo. Sobre todo asegura su capacidad defensiva. Si alguien dona sangre con mucha frecuencia, seguramente esto afectará su inmunidad”.
En el pasado, varios hospitales checos se quejaron de sus escasas reservas de plasma sanguíneo. La fuga de donantes al país vecino podría amenazarlas todavía más. Según afirma Dudíková, en su centro de momento no notan un descenso significante.“Conozco a algunos donantes locales que ahora se dirigen a Austria, pero de momento no se trata de una cifra vertiginosa”.
Al mismo tiempo afirma que la motivación financiera por donar sangre o plasma no siempre es apropiada desde el punto de vista de la seguridad, ya que puede seducir al donante a ocultar hechos, que le pueden exluir de la donación.