Caballos andaluces "bailaron" en la aldea checa de Cesov

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"Estoy completamente enamorada de los caballos andaluces. Criarlos fue mi sueño", dice Jana Valová, la primera checa que empezó a criar a la pura raza española en la República Checa. Este año ha decidido presentarlos al público checo que premió su paso con garrocha y las muestras de la escuela barroca de equitación con prolongados aplausos.

Jana Valová
Centenares de los checos interesados en ver a los caballos andaluces, muchos de ellos por primera vez en su vida, se dieron cita en el prado adyacente a la finca de Jana Valová, en la aldea de Cesov, Bohemia Oriental.

Por primera vez se pudieron ver en este país cinco pura raza juntos. Entre ellos a Jalea, la primera yegua importada a la República Checa, y a Jaleo, su hijo, el primer semental de esta raza equina nacido en este país.

En la silla aparecieron Roman Kmínek y Martin Zábranský, los únicos checos que montan a caballos andaluces.

Martin Zábranský los conoció en Alemania donde se dedica a la equitación barroca, para la cual la pura raza española es ideal.

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"El caballo andaluz tiene un gran talento en el galope, es capaz de galopar en el lugar. ¡Mi jefe en Alemania incluso sabe galopar hacia atrás! Y luego sabe, como ningún otro caballo, hacer saltos que no se hacen en la doma deportiva. Estoy hablando, por ejemplo, de "lanzare", cuando el caballo debe ponerse en corbeta y saltar".

También Martin Zábranský afirma que montar al pura raza española ha sido siempre su sueño.

"Desde mis 16 años me dedico a la esgrima. Y cuando rodamos la película sobre el Rey Sol, Luis XIV, no podía montar a cualquier raza. No tenía otro remedio que conseguir prestado dinero y comprarme un caballo andaluz. Lo tuve que pagar durante dos años, pero no lo lamento. Estos caballos se mueven de manera increíble, porque tienen un omóplato más arriba que otro".


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Con el jinete Roman Kmínek, Radio Praga se entrevistó hace un año y medio. Ahora, con motivo del Día de Caballos Andaluces, le preguntamos qué avance hizo en su trabajo con la pura raza española.

"He tratado de perfeccionar el galope, hacer más lento su ritmo. Espero haber perfeccionado también el paso. Y lo que hace dos años dije sobre el carácter de los caballos andaluces, es verdad. Son nobles, inteligentes, aprenden fácilmente tanto las cosas buenas, como las malas. Son también honestos, distantes de inventar travesuras, lo que a veces hacen otros caballos".

Cuando habla de sus caballos, Jana Valová no sabe contener las lágrimas. "Es un calor absoluto que palpita de ellos", afirma.

"Me encanta su carácter, cómo ama a su dueño. Los españoles dicen que este caballo nunca patearía a un hombre y es verdad. Cuando se enfada, hace todo en su casilla, pero no le pega a la persona. Reconocen a ciencia cierta a un hombre malintencionado. Estoy convencida de que nadie podría robar a mis caballos, porque no se dejarían".

La señora Valová admira también en los caballos andaluces que saben vender su belleza. "Basta con empezar a palmear y poner la música", concluye Jana Valová, la única criadora checa de la pura raza española.