Ayuntamiento de Praga declara la guerra a los vehículos SUV
El Ayuntamiento de Praga le ha declarado la guerra a los vehículos SUV. Los concejales consideran que se trata de carros demasiado grandes para el casco histórico, representan un mayor peligro para los transeúntes y contaminan el medio ambiente. Por medio de una campaña oficial tratan de disuadir a la población para que compre otros tipos de coches.
En resumen ese es el contenido del video promocional de la campaña ‘Praga una huella limpia’ puesta en marcha por el Ayuntamiento capitalino contra los coches SUV.
La campaña ha sido criticada por varios sectores de la población que no le encuentran sentido. Algunos la tildan de discriminatoria, mientras que otros de absurda.
El concejal del departamento encargado del Tráfico capitalino, Petr Dolínek, defendió ante la TV Checa el sentido de la campaña.“Nosotros decimos que un vehículo SUV no es la mejor opción para el uso diario, para viajar a la capital”.
A pesar de que se trate de una simple recomendación, los conductores rechazan que las autoridades locales les digan qué pueden o no pueden comprar.
El concejal Dolínek insiste en que ese tipo de vehículo es incómodo para las estrechas calles del casco histórico.
“En caso de que todos viajaran al casco histórico en carros SUV, los peatones sufrirían una significativa reducción del espacio público y hasta la visibilidad resultaría afectada en las calles”.
Los expertos en circulación vial no están del todo convencidos de los beneficios de la campaña. Petr Vomáčka, portavoz de la empresa ÚAMK de asistencia a los conductores, considera que todos los vehículos, incluidos los SUV, representan un peligro para los peatones, e indicó que uno de los mayores obstáculos en las calles del casco histórico lo representan las furgonetas para el abastecimiento de mercadería.Los concejales de Praga no han encontrado aliados en otras ciudades en su cruzada contra un tipo específico de automóvil. Los ayuntamientos en el interior del país tratan de solucionar la falta de lugares para los vehículos tanto en las vías públicas como en estacionamientos de pago.
Y en este sentido Praga no es el mejor ejemplo. Visitantes y residentes luchan todos los días del año por encontrar un lugar dónde dejar su coche, sin importar el modelo del mismo, simplemente las infraestructuras son más que insuficientes.