Atentado en el centro de Praga

Foto: CTK

Una fuerte explosión sacudió el domingo a mediodía una de las calles de centro de Praga. Un hombre, aún desconocido, intentó arrojar explosivo en el interior de un automóvil estacionado cerca del Casino Royal. Casi una veintena de personas, mayormente turistas extranjeros, resultaron heridas.

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"Los afectados sufrieron heridas leves", aseguró el portavoz del Servicio de Primeros Auxilios, Marek Uhlír, precisando que en la mayoría de los casos se trató de lesiones cortantes, causadas por los fragmentos del explosivo.

El primer ministro, Stanislav Gross, quien llegó al lugar para recibir detalles de la policía y los pirotécnicos, excluyó la posibilidad de que se tratara de un acto terrorista.

"Resulta evidente que se trató de un ajuste de cuentas entre ciertos grupos poderosos vinculados con las mafias, es decir, de un acto puramente criminal".

Se especula que detrás del acto se ocultan los conflictos internos de la mafia israelí. La policía estima que el propietario de Casino Royal, Assaf Abutbul, fue el blanco del ataque, explicó Iva Knollová, portavoz de la policía capitalina.

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"Un hombre se acercó al automóvil estacionado en el que se encontraba el propietario del casino, junto con sus guardaespaldas. Intentó echar en su interior un explosivo, pero no lo logró. El mismo cayó debajo del automóvil, donde explotó", dijo Iva Knollová.

El atentado perpetrado el domingo en Praga, no fue el primero en los últimos años. Pone en evidencia que la capital checa deja de ser una metrópoli europea segura y tranquila. Actos violentos contra empresarios o comerciantes se han registrado ya muchos, y no solo en Praga. Por suerte, hasta el momento, casi no amenazaron a personas ajenas. Por el número de afectados, el atentado del domingo representa una excepción. Sin embargo, resulta evidente que los tiempos cambian y que la guerra de las mafias puede amenazar hoy en día a cualquiera.