Adiós a la matanza del cerdo, una de las tradiciones populares checas
Una de las tradiciones checas de mayor antigüedad, la matanza del cerdo, desaparece por completo. La nueva ley veterinaria introducida en el país a comienzos de este mes y que armoniza con las normativas de la Unión Europea, prohíbe ese procedimiento. Informa Ivana Vonderková.
No obstante, la normativa responde a las directivas de la Unión Europea en cuanto al bienestar animal durante la matanza y a la protección de la salud de los ciudadanos de la triquinelosis u otras enfermedades que se transmiten a través de la carne de cerdo, explica Josef Boháč, director de la Administración veterinaria de Pardubice.
”Cada producto alimenticio debe ser procesado en una empresa especializada en ese tipo de producción. Además, cada alimento debe pasar por un control veterinario, lo que vale especialmente en caso de los productos de carne y lácteos. Las empresas que suministran alimentos al mercado deben estar bajo control permanente de la Administración veterinaria estatal”.
El problema con la matanza del cerdo lo enfrentan también otros países de la Unión Europea, como Portugal y España, por ejemplo. Muchos ciudadanos tratan por ello de buscar modalidades para eludir la ley y sacrificar al cerdo de espaldas a la Unión Europea.Un campesino en Chequia puede matar en su granja a un cerdo, pero la carne y los embutidos que prepare debe consumirlos exclusivamente con su familia. Debe disponer además de un permiso veterinario para la matanza, porque de no tenerlo, podría pagar una multa de hasta 390 euros.
La nueva ley veterinaria acabó con una tradición cuyos comienzos se remontan en el país al siglo X y que durante siglos gozó de amplia popularidad entre la población, recalcó Vladimír Řehounek, ganadero de Bohemia del Este.
”La matanza del cerdo fue concebida en el campo como una fiesta pública, a la que asistía todo el pueblo. Se preparaba la carne y los embutidos para tener comida suficiente en invierno, pero más bien era un encuentro con familiares, amigos y vecinos. Con la introducción de las normativas de la Unión Europea, no tendremos más matanzas de cerdo públicas, y nuestros hijos no conocerán esa bonita tradición popular que data desde hace siglos”.Los especialistas indican sin embargo que las matanzas de cerdo fueron desapareciendo poco a poco desde hace tiempo. Durante los últimos 10 años su número se redujo en un 20%, según datos de la Cámara Agraria checa. Y no fue porque fueran prohibidas entonces por ley, sino a raíz de una disminución radical del número de porcinos que se crían en la República Checa. Mientras que en el año 2003 las crías de porcino nacionales tenían un total de más de 3.300.000 cabezas, en 2011 su cantidad se redujo a 1.750.000.