A fumar a la calle
Este domingo se celebra el 'Día Mundial sin Tabaco'. La República Checa es actualmente el único país de la Unión Europea con ninguna regulación estatal del consumo de tabaco en los bares y restaurantes y el tema si el humo pertenece o no a estos lugares forma parte de cada vez más polémicas. Para poder sumarse a ellas, les presentamos en nuestro minicurso de checo algunas expresiones relacionadas con el tema.
Es que en este restaurante se fuma–v této restauraci se kouří-, y yo quiero un queso frito, no ahumado–uzený-.
Pues nos vamos a quedar con hambre. Es que en este barrio son casi todos los restaurantes para fumadores–kuřácké restaurace-.
Creo que ya es hora de que se prohiba fumar–už by měli zakázat kouření-. El peste –zápach- del humo –kouř- ya me cansa, siempre vuelvo a casa como un apestoso –smraďoch-.
El problema es que el tabaco es un gran negocio–tabák je velký obchod-y el lobby de esta industria de momento funciona bien. Imagínate si un fumador–kuřák-, que normalmente fuma diez cigarillos–deset cigaret- en una noche, tiene que satisfacer su vicio–zlozvyk- fuera del bar. Entonces quizás se fume solamente la mitad y todavía menos en invierno ya que hace mucho frío. Y dado que casi una tercera parte de los checos fuma–třetina Čechů kouří-, sería una significante pérdida para la industria del tabaco–tabákový průmysl-.Y también para los fabricantes de champúes y detergentes. Porque si algún día prohíben fumar, por fin no tendré que lavarme el pelo y la ropa después de cada visita a un bar. Vamos, todos estos intereses van de la mano.
El Estado también cobraría menos en impuestos–stát by vybral méně na daních-, ya que el 57% del precio de cada cigarillo va al presupuesto nacional. El precio medio de una cajetilla de cigarros–krabička cigaret- son ahora aproximadamente tres euros, así que es bastante dinero–to je dost peněz-.Existen estudios que muestran que resulta más caro el tratamiento de los fumadores enfermos –léčba kuřáků- que lo que se gana en los impuestos. Y el hecho de que en Chequia mueren a consecuencia de fumar aproximadamente 18.000 personas cada año–ročně zemře v Česku na následky kouření 18 tisíc lidí-, lo que significa que cada quinta muerte en el país surge a causa de este vicio, es más que suficiente para prohibirlo.
De todas maneras, creo que hay que escuchar al pueblo. La última encuesta dice que el 78% de los checos están a favor de la prohibición total del consumo de tabaco en los restaurantes–zákaz kouření v restauracích-.
Uno de los argumentos más frecuentes de los adversarios–odpůrci- es que el Estado no tiene derecho de imponer a los hosteleros lo que pueden o no hacer en sus propios negocios.Tampoco pueden vender drogas o preparar un gulash de carne de gato, y nadie se queja.
Los hosteleros se ven simplemente preocupados de que la gente deje de ir a los bares y se quede tomando cervezas en casa. Y eso pese a que hay estudios que dicen que si se erradica el humo de los bares, la asistencia aumentará entre el 3 y el 6%.
Claro, no creo que la gente deje de visitar los bares–nemyslím si, že lidé přestanou navštěvovat bary-. No es lo mismo una lata de cerveza como una buena caña en una buena compañía. Al igual que se han acostumbrado a fumar tabaco, se acostumbrarán a salir a fumarlo fuera.Y este es otro argumento. Se estima que lo vecinos se quejarán de que los fumadores hacen demasidado ruido frente a los restaurantes.
En este caso tengo una mejor solución. Que prohiban el tabaco del todo. Porque lo normal es no fumar–normální je nekouřit-.