A 250 años del nacimiento de Matěj Kopecký, el patrón del teatro de marionetas checo
El talentoso titiritero y actor checo Matěj Kopecký nació el 24 de febrero de 1775 en Libčany, cerca de Hradec Králové. Kopecký llegó al mundo en el seno de una familia de comediantes itinerantes y se convirtió en un símbolo nacional del teatro de marionetas.
El talentoso titiritero, actor, juglar, pero también relojero y veterano de guerra, nació el 24 de febrero de 1775 en Libčany, cerca de Hradec Králové. Kopecký vino al mundo en el seno de una familia de comediantes itinerantes y, desde niño, viajó con sus padres por el campo checo.
Matěj Kopecký se formó como relojero, se casó y llegó a convertirse en un burgués de Mirotice. Sin embargo, fue reclutado para el ejército y, en las guerras napoleónicas, resultó herido dos veces. Tras ser dado de baja del ejército, pasó por diversas profesiones hasta que, en 1818, decidió dedicarse por completo al teatro de marionetas.
Sus representaciones se hicieron muy populares y, gracias a su talento, obtuvo permiso para actuar en toda Bohemia, con excepción de Praga y las ciudades balnearias. Kopecký tuvo 14 hijos, de los cuales seis llegaron a la edad adulta y continuaron con la tradición familiar de los títeres, que se mantiene hasta hoy, ya en la novena generación.
Las marionetas y la producción propia de Kopecký
Parte inseparable de sus espectáculos teatrales eran las pequeñas marionetas, llamadas pimprlata. Su apariencia realista y su cuidada elaboración cautivaban al público en toda Bohemia. Cada marioneta tenía una expresión y personalidad únicas, lo que aumentaba su popularidad.
Además de las pimprlata, Matěj Kopecký también incluía en su repertorio marionetas de su propia fabricación. Era un artesano talentoso y diseñaba sus títeres con precisión, adaptándolos a cada espectáculo en particular. Sus marionetas no eran simples accesorios, sino personajes auténticos que cobraban vida en el escenario.
El final de su vida en la pobreza
Aunque sus historias cautivaban y emocionaban al público, Matěj Kopecký falleció en 1847 en la pobreza y el olvido. Fue enterrado en Týn nad Vltavou, aunque el lugar exacto de su tumba se desconoce. En 1905, en su ciudad natal de Libčany, se erigió un monumento en su honor, que aún se conserva.
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