Visto bueno a una ley de alimentos más estricta
Los diputados checos aprobaron en primera lectura la enmienda a la Ley de Alimentos que representa el mayor cambio en el derecho alimentario en los últimos 15 años. Su objetivo es unificar las normativas nacionales en ese sector con la legislación de la Unión Europea y reforzar el nivel de la protección de los consumidores.
Entre las nuevas medidas figura por ejemplo la obligación de los comercios o redes comerciales con ingresos anuales que superen los 181 millones de euros, de informar en la entrada sobre los cinco principales países de origen de los alimentos que vende. Mientras que la Unión de Comercio y Turismo critica esta estipulación por considerarla como una violación de los derechos de los comerciantes, Miroslav Koberna, director de programas y estrategia de la Cámara Alimentaria checa, la defiende y destaca su importancia.
“Debería ser obligación del comerciante concederle al consumidor información sobre el origen de sus productos. Para atraer a los clientes, muchos comercios declaran por ejemplo que se especializan en alimentos nacionales, pero cuando hacemos un control en el lugar, descubrimos que no es así. La enmienda es una señal a los consumidores de que no serán engañados en cuanto a la composición y el origen de los alimentos. Los clientes podrán seguir también mejor el comportamiento de los diferentes comercios y decidir dónde comprar. En otros países, por ejemplo en Eslovaquia, esto funciona y también nosotros insistimos en que cuanto más información tiene el consumidor, tanto mejor”.La enmienda a la Ley Alimentaria cuenta igualmente con mayores sanciones financieras a los comerciantes que violen las reglas. Mientras que hasta el presente la sanción máxima es de 109.000 euros, en el futuro sería de 363.000 euros. Las sanciones se aplicarán en especial contra los comerciantes que no cumplan las estipulaciones relativas al etiquetado y el origen de los alimentos o que vendan productos que no cumplan los parámetros de calidad vigentes.