Velas en el mayor cementerio europeo sin tumbas
Copos de nieve van cubriendo el silencioso paisaje. El tiempo recuerda la atmósfera tranquila de Navidades en Europa Central, y las decoraciones navideñas que uno divisa ventana tras ventana en las casas de la ciudad de Auschwitz, Polonia, aún acentúan esta sensación. Unos pasos más por entre un barrio de jardines y ya lo vemos: barracas bajas, torres de vigilancia, una alambrada de púas. Es el 27 de enero de 2005. El mundo conmemora el 60 aniversario de la liberación de la mayor "fábrica de la muerte" en la historia de la humanidad: el campo de exterminio de Auschwitz.
Un millar de ex presos, algunos de ellos portando gorras de presidiario o bufandas con rayas azules y blancas, y una cuarentena de mandatarios, entre ellos el presidente checo, Václav Klaus, acudieron al antiguo campo de la muerte para rendir homenaje a las víctimas del holocausto. Hace sesenta años el Ejército soviético liberó el campo de concentración de Auschwitz, en cuyas cámaras de gas perecieron casi un millón y medio de personas: judíos deportados de los países ocupados por la Alemania nazi, gitanos, polacos, prisioneros de guerra rusos, franceses, británicos y ciudadanos de otras nacionalidades europeas. De los 50 mil presos checoslovacos sobrevivieron ese infierno terrenal unas 6 mil personas.
El polaco Wladyslaw Bartoszewski fue el preso número 4427. Ayer jueves en la ceremonia subrayó que la resistencia polaca y el gobierno exiliado en Londres advirtieron a los aliados sobre las atrocidades cometidas en Auschwitz: "En ese momento estaba aún con vida la mitad de las víctimas. Esa gente pudo salvarse".
Eso fue en verano de 1944. Los nazis anexaron la ciudad polaca de Oswiecim al Tercer Reich en septiembre de 1939, cambiando su nombre por Auschwitz. En 1940 fundaron en el lugar un campo de concentración para los presos políticos polacos. En 1941 fue edificado el campo de concentración Auschwitz II - Birkenau, que se convirtió en el mayo centro de exterminio de judíos europeos. Las tropas soviéticas liberaron el 27 de enero de 1945 a unos 7 500 presos. Poco antes de su llegada, los nazis obligaron a unas 58 mil personas a emprender la marcha de la muerte hacia Occidente. Quince mil perecieron en el camino.La ceremonia solemne en el campo de concentración de Auschwitz-Birkenau llega a su fin. El silencio final en homenaje a las víctimas es interrumpido por el sonar del instrumento musical judío shofar, un cuerno de carnero. Se encienden las luces a lo largo de las vías conducentes desde la puerta de Auschwitz hasta la plataforma de selección. Unas empiezan a arder y el humo se levanta hacia el cielo del que no dejan de caer copos de nieve.