Varios checos podrían haber sido víctimas del tráfico de órganos en Kosovo

Kosovo en 1999, foto: Marietta Amarcord, wikipedia.org

Los medios de comunicación checos se han hecho eco del posible asesinato de varios ciudadanos checos en Kosovo a manos de una red internacional de tráfico de órganos. Los hechos tuvieron lugar tras la llegada de las tropas de la ONU a la provincia Serbia en 1999.

La información todavía no ha sido confirmada por el Gobierno checo ¿Qué garantías hay de que sea cierta?

De momento únicamente lo revelado por el fiscal serbio para Crímenes de Guerra, Vladimir Vukćević. En una entrevista al diario serbio Blec, el fiscal declaró que había indicios de que algunos ciudadanos checos habían sido víctimas de la red de tráfico de órganos que presuntamente funcionó entre Kosovo y Albania tras 1999, una vez que las tropas de las Naciones Unidas pusieron fin al conflicto y Serbia perdió el control sobre esta provincia.

¿En qué consiste exactamente esta trama de tráfico de órganos?

La polémica surgió el año pasado cuando la antigua fiscal del Tribunal Internacional para Ex Yugoslavia, Carla del Ponte, publicó un libro en el que denunciaba la existencia de una mafia albanokosovar que se había lucrado en los años posteriores a la guerra traficando con órganos de serbios.

Las víctimas, prisioneros de guerra serbios o simplemente serbios secuestrados de sus casas, eran trasladados, según de Ponte, de Kosovo a la ciudad albanesa de Burrel. Allí los asesinaban y les extraían los órganos internos para venderlos en Europa Occidental. Del Ponte aseguraba que así murieron más de 400 personas, entre ellas mujeres de otros países eslavos.

El asunto ha empezado a ser investigado este año por el Consejo de Europa y paralelamente por el Gobierno serbio. Las autoridades albanesas y kosovares niegan totalmente la información.

¿De ser cierto lo que asegura el Gobierno serbio, por qué no se sabía desde antes que habían desaparecido checos en Kosovo?

Los medios de comunicación también especulan sobre este punto. El caso es que no hay oficialmente ningún soldado ni civil checo desaparecido en Kosovo. El periódico Mladá Fronta Dnes aventura que podría tratarse de mercenarios que lucharon para el bando serbio durante el conflicto.

El diario también informa de otra explicación. Y es que en Albania desaparecieron en 2001 tres checos, y que desde entonces la policía checa colabora con la albanesa para encontrarlos. Podrían haber sido víctimas de los mismos traficantes de órganos y haber llegado a sus manos por otras vías y no a través de Kosovo.