Václav Klaus explicó en Viena su postura hacia Temelín y Decretos de Benes
La central electronuclear checa de Temelín y los Decretos de Benes, son dos puntos neurálgicos en las relaciones checo-austríacas. Y precisamente en estos dos temas se concentró el presidente de la Cámara Baja checa, Václav Klaus, durante su breve visita a Viena, efectuada este miércoles.
La parte austríaca, conocida por su postura en contra de la energía nuclear, pide el cierre de la planta de energía atómica de Temelín, postura que es rechazada por Praga.
El consenso no reina ni en lo que se refiere a los decretos del presidente Edvard Benes, que después de la Segunda Guerra Mundial sirvieron de base legal para la expulsión de los ciudadanos checoslovacos de origen alemán. Mientras que Praga insiste en la vigencia de los Decretos, una parte del escenario político del país vecino solicita su anulación.Una vez concluidas sus deliberaciones con representantes del Estado austríaco, Václav Klaus admitió que Viena confía en que el nuevo Gobierno checo, que saldrá de las elecciones parlamentarias a efectuarse en junio, será más receptivo hacia sus exigencias.
Aunque el presidente de la Cámara de diputados checa, que es a la vez el líder del oposicionista Partido Cívico Democrático, mostró la disposición de dialogar sobre los dos delicados temas, subrayó la necesidad de "mirar hacia el futuro y ser conscientes de que el pasado no se puede cambiar".
Traducidas estas diplomáticas frases en la lengua corriente, esto significa que Václav Klaus está dispuesto de discutir sobre los aspectos históricos de los Decretos de Benes, pero no anularlos.Klaus dejó bien claro también que, en caso de que su partido gane las elecciones, Viena no puede esperar un cambio de la actual postura de la República Checa referente a la central electronuclear de Temelín.