Una cinta naranja contra el racismo

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Más de 45 mil cintas de color naranja se repartieron en la República Checa durante la Jornada Internacional contra el Racismo el pasado 21 de marzo. En seis grandes ciudades checas se realizó la campaña "Cinta Naranja" que informaba a los ciudadanos sobre cómo prevenir la xenofobia, la discriminación, y la intolerancia.

Fue la primera vez en la historia que la República Checa se sumó de esta forma y en esta extensión al Día Internacional contra el Racismo, sostiene Katerina Brezinová del Centro Multicultural de Praga, institución no gubernamental que organizó la campaña "Cinta Naranja" contando con la colaboración de otras organizaciones cívicas del país.

"Fue una cosa más bien espontánea, es decir las organizaciones y los ciudadanos se estaban sumando a esta iniciativa de una forma que nosotros mismos como organizadores no habíamos esperado. Me parece realmente muy bonito e indica mucho sobre la voluntad de la sociedad checa de hablar de esos temas de una forma no dogmática y abarcarlos de una perspectiva muy práctica: ¿Qué significa a nivel práctico la convivencia intercultural, qué formas de racismo existen en la República Checa?, en cuanto al empleo, a la vivienda, al ejercicio de la ley, etc."

Katerina Brezinová opina que muchos ciudadanos checos perciben el racismo como algo que no les concierne.

"Durante la campaña ´Cinta Naranja´ queríamos explicar que el racismo no es un asunto de los otros, de los demás, sólo de los migrantes o las minorías étnicas, de los gitanos en la República Checa. En término más amplio se trata de todos nosotros, que vamos a tener dentro de unos años una edad avanzada. La población de la República Checa se está envejeciendo y nosotros mismos podemos encontrarnos en una situación de racismo por motivos de edad, por ejemplo".

Saber distinguir las diferentes formas de discriminación y combatirlas fue una de las misiones de la campaña "Cinta Naranja", agregó Katerina Brezinová, del Centro Multicultural de Praga. ¿Están los ciudadanos checos abiertos a recibir otras culturas, a personas de otros países y nuevas corrientes, o permanecen más bien cerrados todavía?

"Aquí tenemos que distinguir entre la gente que vive en Praga, la gente que vive en áreas de altas tasas de desempleo, entre el campo y la ciudad, entre la gente de educación más bien alta y de educación más bien baja. Segundo lo que podemos decir es que la sociedad checa presenta cierta reserva acerca de aceptar al otro, a otras culturas. Sin embargo, después de esa reserva inicial, lo que estamos viendo sobre todo en cuanto a la integración a nivel local, es una acogida efectiva de la gente que viene de otros países".