Una atractiva campaña intenta mejorar los hábitos en el transporte público
El que ocupa con sus pertenencias el asiento de al lado, el que obstruye la puerta y el que se la pasa comiendo en el vehículo. Esos son solo algunos de los malos hábitos que parodia una campaña del tranvía de Praga mediante diez coloridas caricaturas. En esta entrevista, el director de marketing de la empresa de transporte nos cuenta, entre otras cosas, que la intención no es culpar a nadie sino, por el contrario, mostrar que todos podemos tener comportamientos inadecuados sin ni siquiera darnos cuenta.
Aunque el tranvía suele ser un excelente medio para contemplar la belleza de Praga, muchos pasajeros habrán visto, en la parte superior de algunos vehículos, una serie de atractivas ilustraciones sobre algunos malos hábitos que pueden arruinar el viaje de los demás usuarios. Esas caricaturas que ruegan a los pasajeros “no ser como ellos”, forman parte de una campaña de concientización creada por la empresa del tranvía de Praga y su director de marketing y jefe de prensa, Filip Drápal, nos cuenta cómo surgió la idea.
“Recibimos algunas quejas de nuestros conductores sobre lo que hacen algunos de los pasajeros en el transporte público, nos comunicaron los problemas más importantes que se dan durante los viajes y esto es un intento de resolverlo. Sabemos que en el transporte público hay gente de todo tipo y cada persona tiene su propia percepción acerca de lo que es un viaje ameno, y lo que quisimos hacer en esta campaña es comunicar que algunos comportamientos no son amables para los demás y quienes los hacen quizás ni se imaginan que pueden ocasionar un problema. Por ejemplo, las personas que se quedan paradas junto a la puerta y no se dan cuenta de que pueden obstruir tanto la entrada como la salida del vehículo”.
“En esta campaña quisimos comunicar que algunos comportamientos no son amables para los demás y quienes los hacen quizás ni se imaginan que pueden ocasionar un problema”.
Filip Drápal
Drápal explica que la mayoría de los conflictos suelen suceder a primera hora de la mañana, cuando los tranvías van muy llenos pero muchos de los pasajeros están dormidos y ni siquiera prestan atención a la presencia de los otros. Agrega que si esas personas se dieran cuenta, por ejemplo, de que tienen que liberar la puerta el viaje sería mucho más rápido porque se perdería menos tiempo en cada parada.
“Otro caso sucede cuando estás yendo al trabajo con un café en la mano y no te das cuenta de que si el vehículo frena de golpe puedes manchar con la bebida a otro pasajero pudiendo arruinarle la mañana”.
Drápal también menciona la costumbre de algunas personas que, a pesar de las prohibiciones, siguen fumando en las paradas del tranvía y, luego de la última calada, suelen lanzar una bocanada de humo dentro del vehículo, lo cual también es una queja bastante recurrente. De hecho, el fumador compulsivo es otro de los personajes que caricaturiza esta campaña que, según cuenta Drápal, no busca demonizar a los pasajeros sino llamar a la reflexión.
“Cada estereotipo de esta campaña sirve para darse cuenta de que tal vez yo también sea esa persona, aunque no quiera ser así y no desee que los demás pasajeros me vean de ese modo. Tampoco somos ingenuos y no creemos que todos cambien su conducta por esta campaña, pero sí tenemos la esperanza de que, al menos, algunos de los pasajeros lo recuerden y se den cuenta de que se pueden comportar de un modo más adecuado. Por eso es que pusimos esta campaña en los tranvías, en las paradas y también hicimos algunos videos con Jan Vondráček, que es la voz que anuncia las estaciones en el tranvía y, más adelante, lo hará también en los buses. Él es el actor principal de esos videos que también abordan estos temas y colgamos en las redes sociales”.
La campaña comenzó, de hecho, el año pasado con algunas animaciones gráficas que la empresa de transporte subió a sus redes sociales y este año sumaron los videos. Anuncia Drápal que como tuvieron muchos comentarios y reacciones positivas por parte de los pasajeros, la idea es ampliarla en el futuro con nuevos contenidos que incluso muestren también algunas conductas poco amables de los conductores.
“No siempre la culpa la tienen los pasajeros, a veces los conductores también se equivocan, pero los próximos pasos de la campaña van a proponerse explicar que, a veces, los conductores no pueden ponerse a esperar a los pasajeros que se acercan corriendo al tranvía porque tal vez están demorados y deben respetar el horario porque otros pasajeros en las demás paradas van a quejarse de su atraso. Es decir, que el conductor todo el tiempo tiene que considerar si debe detenerse a esperar a alguien o seguir”.
Locales versus extranjeros
Aunque la campaña está solo en checo, Drápal considera que los turistas extranjeros a veces también tienen malos hábitos en el transporte público. En todo caso, entiende que si bien se trata de una generalización, algunas de esas características son más propias de los locales y otras suelen provenir más de los extranjeros. En su opinión, muchas veces los checos se portan peor que los turistas, aunque un grupo muy reducido de extranjeros suelen tener conductas aún más molestas.
“Los checos suelen fumar en las estaciones, comer algo en el vehículo y correr al último momento el tranvía porque casi siempre están muy apurados, aunque el próximo venga en apenas dos o tres minutos. Lo mismo sucede en el metro, que tiene una frecuencia de dos minutos y, sin embargo, a la mañana muchos pasajeros se ponen a correr en las escaleras o los pasillos como si se estuvieran perdiendo la última formación del día. Por otro lado, los turistas extranjeros a veces no se dan cuenta de que nuestro transporte público lleva a mucha gente y a veces obstruyen las puertas o no se dan cuenta de que primero hay que dejar salir para entrar al tranvía, lo cual es comprensible porque si eres turista y estás paseando y admirando la ciudad, es probable que no te concentres en la conducta que hay que tener en el transporte público. Pero es cierto que hay cientos de personas que intentan llegar a tiempo al trabajo o a la escuela”.
“Es más fácil comunicar a los turistas extranjeros las virtudes de nuestro tranporte público porque ellos tienen la posibilidad de comparar”.
Filip Drápal
Según Drápal, algunos turistas suelen perder tiempo intentando mostrarle el ticket al conductor porque tal vez están acostumbrados a las reglas de su propio país y saben que, en el tranvía de Praga, se puede ingresar por cualquier puerta y no solo por la delantera, lo cual también puede generar atascos y demoras en el viaje. Otra queja que suelen recibir es sobre las personas que viajan borrachas por las noches y se pasan todo el trayecto gritando. Las atractivas caricaturas que muestran todas estas conductas fueron realizadas por la ilustradora Kateřina Perglová y, si bien se barajaron otros personajes, decidieron empezar por los diez más representativos. De todas formas insiste Drápal en que el objetivo no es juzgar a nadie sino mostrar que todos podemos equivocarnos y, de hecho, él mismo reconoce que, a veces, incurre en algunos de esos hábitos.
“A veces, voy sentado en el vehículo y no quiero que nadie se siente al lado, entonces pongo un bolso en el otro asiento, pero solo lo hago si hay otros sitios libres y también tengo que confesar que a veces como y bebo durante el trayecto pero siempre con mucho cuidado”.
También nota Drápal que, como consecuencia del Covid, la gente está mucho más pendiente de no tocar objetos y busca mantener cierta distancia con respecto a los demás pasajeros.
Cada día más
Filip Drápal trabaja hace muchos años como director del departamento de marketing y jefe de prensa del transporte público de Praga que, según una reciente encuesta de la revista Time Out, es el segundo mejor del mundo, superado solo por el de Berlín. Y si bien podría pensarse que hacer marketing de un servicio de calidad no debería ser difícil, Drápal ofrece al respecto un interesante punto de vista.
“Es más fácil comunicar a los turistas extranjeros las virtudes de nuestro transporte público porque ellos tienen la posibilidad de comparar y nosotros somos conscientes de que ofrecemos un servicio de calidad. Pero mucho más difícil es difundir estas bondades a nuestro público local, a los ciudadanos praguenses, porque su percepción es que este nivel de calidad es algo normal y entonces quieren más, ellos quieren todavía más y muchas veces solo ven lo que está mal y lo que debería ser mejor y no recuerdan cómo era diez años atrás o veinte años atrás”.
De todas formas, Filip Drápal reconoce que esa misma exigencia los ayuda a mantenerse siempre activos y no dormirse en los laureles, para intentar mejorar día a día el servicio. Por otro lado, explica que el principal objetivo de su departamento es mostrar que el transporte público forma parte de la vida cotidiana de la gente porque, al igual que sucede con la salud, recién ante una emergencia las personas suelen darse cuenta del gran impacto que tiene en sus vidas.