Un Zeman odiado y amado visita Eslovaquia
Eslovaquia, ese es el destino de la primera visita oficial al extranjero del presidente checo Miloš Zeman. Respetando la tradición instaurada por sus antecesores, el mandatario checo emprendió este martes su primer viaje al exterior hacia el país vecino, que hasta 1993 formaba parte de un Estado común checo-eslovaco.
Zeman entonces resaltó que el vino eslovaco era exquisito, pero que los fabricantes de cerveza no deberían estropear el gusto de sus clientes, por lo que cosechó grandes críticas por parte de sus ex compatriotas.
Por otro lado, muchos eslovacos le han perdonado esa falta de respeto y aplauden la llegada de Zeman, ya que se acuerdan de que el ex primer ministro checo siempre ha apoyado su esfuerzo de ingresar en la OTAN y la Unión Europea, objetivos que dicho país al final logró en el año 2004.
Además, Zeman, junto al entonces primer ministro eslovaco, Mikuláš Dzurinda, puso punto final a una larga disputa en cuanto a la división de los bienes comunes de Checoslovaquia.
Dzurinda destacó que él y Zeman firmaron también varios importantes tratados bilaterales.
“Por ejemplo, el tratado sobre la doble ciudadanía, sobre las garantías sociales, sobre el reconocimiento de certificados universitarios y la posibilidad de estudiar en universidades checas y eslovacas bajo condiciones vigentes en los respectivos países”, señaló.Este martes, la agenda de Zeman incluye entrevistas con el presidente eslovaco, Ivan Gašparovič, y el primer ministro, Robert Fico, entre otros. El mandatario eslovaco reiteró que las relaciones checo-eslovacas actualmente son magníficas.
“Las relaciones entre Chequia y Eslovaquia jamás han sido mejores, y me alegra que esa opinión la compartan tanto políticos como ciudadanos”, resaltó.
El sector energético y una colaboración checo-eslovaca en cuanto a la protección del espacio aéreo, son los principales temas que Zeman trata en Eslovaquia.
El presidente de la República debate en el país vecino también sobre el futuro embajador checo en Bratislava. Mientras que Zeman aboga por el nombramiento de la ex primera dama, Livia Klausová, el ministro de RR.EE. checo, Karel Schwarzenberg rechazó aceptar esa propuesta.