Un perro y un par de zapatos tienen el mismo certificado de garantía

Una rápida enmienda al Código Civil ha tomado a todos por sorpresa. Los animales serán tratados como cualquier mercancía. Esto quiere decir que los animales dispondrán de certificados de garantía iguales a los de, por ejemplo, un televisor.

Un perro y un par de zapatos son la misma cosa para el Código Civil. En caso de que los zapatos se rompan o el perro se muera el vendedor deberá reembolsar el dinero, siempre y cuando siga válida la garantía de dos años del ‘producto’.

El portal ‘podnikatel.cz’, dedicado a temas comerciales informó que la nueva normativa rige desde finales de febrero y que fue adoptada con el fin de coordinar las leyes checas con la vigentes en la Unión Europea.

Hasta el momento, la ley obligaba a los vendedores de animales a respetar un periodo de seis meses para que los clientes presentaran sus eventuales quejas, pero reclamaciones fuera de ese periodo no se aceptaban.

Al igual que las cosas, los animales pueden tener defectos ocultos, sostienen los expertos en el Código Civil, por que decidieron exigir una garantía de dos años como en todos los productos.

Así que por ejemplo si unos pececillos que viven por lo general tres años mueren antes, el cliente tendrá derecho a pedir que le devuelvan su dinero, explica el abogado Miroslav Huml, del portal ‘spotrebitel.net’.

“Puede darse el caso de que el animal comprado tenga algún defecto oculto que se haga evidente mucho tiempo después de la transacción comercial. En tal situación el cliente puede pedir que le reembolsen su dinero, como lo haría si se tratara de otro tipo de mercadería”.

La mayoría de los vendedores de animales sostiene que desconoce la normativa y que desde el punto de vista práctico resulta absurda. En muchos casos será imposible detectar las causas de la muerte de ciertos animales y los trámites burocráticos para efectuar una autopsia pueden ser complejos y de seguro mucho más caros que muchas mascotas.

Algunos protectores de animales sostienen que la aplicación de semejante normativa no ayuda a evitar el maltrato de mascotas, denuncian que se trata de una burda denigración de los animales, porque un perro no debe ponerse al mismo nivel de, por ejemplo, un televisor o de un par de zapatos.