Un nuevo plan urbanístico para humanizar la “magistrála” de Praga
El estudio de urbanismo de Jan Gehl ha presentado su plan para hacer la magistrála de Praga, la principal arteria del centro de la ciudad, mucho más accesible para la ciudadanía. El proyecto prevé pequeños cambios a ir aplicándose en un horizonte de 50 años.
Suceden así situaciones inconcebibles, como que para ir de uno de los principales nudos viarios, en la plaza I.P. Pavlova, a la Estación Central, en sus cercanías, haya que tomar el metro.
El Ayuntamiento de Praga ha acudido en busca de una solución al estudio de urbanismo del danés Jan Gehl, uno de los más prestigiosos de su tipo. La semana pasada presentaron en público sus conclusiones. De acuerdo con la directora del proyecto, Henriette Vamberg, la magistrála divide el centro en dos y supone una importante barrera para el flujo natural de peatones. Esto tiene en primer lugar consecuencias económicas, explicó.
“No hay gente en la calle, solo autos pasando a toda velocidad, y esto se refleja en los edificios. Ya que no hay peatones tampoco hay necesidad de tener una tienda ahí. No hay plazas de aparcamiento en las veredas, por lo que los conductores lo tienen difícil para parar y comprar algo. No hay clientes para montar un comercio en esta zona, las tiendas se acumulan en las calles que conectan con la principal”.Una vez pasada la Estación Central, la magistrála se eleva sobre pilares y atraviesa así el trecho que queda hasta el río Moldava, rozando el Museo Municipal y dando a la zona de Florenc su característico aire deslavazado. De acuerdo con Vamberg tenemos aquí un total desperdicio de terrenos en pleno centro.
“Podemos ver que la estructura de rampas ocupa pedazos muy importantes del centro de la ciudad. Esto deja huecos en la estructura de la ciudad que se convierten en mayores distancias que cruzar, y que también albergan un gran valor a la hora de crear una ciudad atractiva para la gente. De hecho toda esta infraestructura esconde terrenos interesantes para desarrollar. Hay oro aquí dentro”.
La solución propuesta consiste por tanto en aplicar cambios que hagan la magistrála más permeable al paso de los peatones, prosigue Vamberg.“Nuestra principal recomendación es dar la bienvenida a residentes, visitantes y turistas ofreciendo buenos accesos y buenos pasos de peatones, pero también garantizando un flujo accesible a lo largo de toda ella. Hay que mejorar y desarrollar los lugares para cruzarla, y también hay que cerrar los huecos y vacíos. Se debería aprovechar esto para crear nuevas funciones y servicios que apoyen la consistencia de estos parches y del tejido urbano”.
Se trata de un plan a largo plazo, con vista a dentro de 50 años, basado en múltiples pequeñas modificaciones a ir aplicando progresivamente. Por ejemplo en Florenc se quitarían los carteles publicitarios y se mejoraría el entorno cercano al puente con un parque con bancos, en la Estación Central se mejoraría la conectividad de los dos niveles del edificio con ascensores y se haría más agradable el parque junto a la entrada.
En general se ensancharían las aceras y ampliaría el número de pasos peatonales para convertir la magistrála, poco a poco, en un bulevar.Evidentemente todo esto solo puede funcionar si se consigue reducir el tráfico que atraviesa la magistrála, calculado en más de 100.000 vehículos diarios. El estudio de Jan Gehl cuenta con un refuerzo del transporte público, por un lado, y con la disposición de obstáculos para los automovilistas, como más pasos de peatones y semáforos, y menos parkings. Además se calcula que una quinta parte de los automóviles optarán por no cruzar el centro una vez que esté acabada la circunvalación de Praga.