Un ensayo sobre Jiří Wolker y Juan Gelman ganó el Premio Iberoamericano
Con una buena convocatoria pese a las dificultades de la pandemia y una deliberación quizás menos ardua que la de ediciones anteriores, el primer lugar del Premio Iberoamericano fue para un ensayo sobre Gelman y Wolker, y hasta hubo una mención de honor para un estudio sobre el aguacate. En Radio Praga Internacional hablamos al respecto con el embajador argentino y la gran ganadora.
El miércoles pasado tuvo lugar en la Universidad Carolina de Praga la ceremonia de entrega de la vigésimo sexta edición del Premio Iberoamericano, un reconocimiento para los estudiantes checos que dominan el idioma español o el portugués. Según nos cuenta Roberto Salafia, embajador argentino en República Checa, el hecho de haber podido llevar adelante tanto el concurso como la ceremonia, pese a todas las dificultades que implicó este año la pandemia, fue vivido con mucho entusiasmo por las ocho embajadas implicadas en la organización que, en este caso, tuvo a la argentina a cargo de la secretaría pro tempore.
“Siempre es muy difícil elegir, sobre todo porque es una gran variedad de temas. Cuando hay que elegir dentro de un universo más cercano es más fácil identificar quién trató un determinado tema, pero el premio está concebido de manera muy amplia, y entonces hay que medir y evaluar muchos componentes”.
Lo cierto es que el primer premio fue para Jana Kepková, estudiante de la Universidad Carolina de Praga, que escribió un ensayo comparativo entre la poesía del argentino Juan Gelman y el checo Jiří Wolker. El segundo lugar correspondió a Ludmila Vyčítalová, de la Universidad Masaryk de Brno, por un trabajo que explora el concepto de educación en el Martín Fierro de José Hernández, libro clave para entender la cultura argentina; mientras que el tercer puesto lo obtuvo Tereza Mori, también de la Universidad Masaryk de Brno, por su análisis sobre la intertextualidad en los cuentos fantásticos del escritor portugués Mário de Carvalho. El embajador argentino Roberto Salafia revela que, a diferencia de lo ocurrido en otras ediciones, en este caso no hubo muchas dudas a la hora de llevar a cabo el debate.
“Cuando hubo una primera reunión a nivel de los agregados culturales no hubo grandes debates, los primeros premios estaban más o menos identificados luego de las primeras conversaciones porque no es solo la cuestión del tema sino también la forma en que está presentado, la escritura”.
Aunque todas las obras ganadoras presentaron análisis literarios, Salafia revela que también hubo otros temas vinculados a la política y la actualidad, incluso cuenta que recibieron también un ensayo muy interesante sobre la comunicación de la pandemia. Sin embargo, reconoce que esos tópicos suelen ser más difíciles de consensuar entre las distintas embajadas, al menos en comparación con las temáticas literarias que siempre resultan menos problemáticas. Por otro lado, Salafia agrega que decidieron entregar una mención de honor para un trabajo muy original sobre la importancia del aguacate realizado por Lucia Uhrová.
“‘El significado y simbolismo del aguacate como planta cultural a través de los tiempos y en diversos entornos culturales desde la Mesoamérica precolombina hasta la República Checa contemporánea’ hace un gran recorrido de cómo este fruto formaba parte de la dieta y era insumo de un montón de actividades en la vida cotidiana, y luego cómo fue adoptado hasta el día de hoy cubriendo varios beneficios, y cómo se ha industrializado a tal punto que se usa en áreas como la cosmética”.
Respecto a la ceremonia de entrega, Salafia percibe una gran necesidad por parte de la gente de participar de actividades presenciales y encontrarse con pares luego de tantos meses de encierro y, además, se empiezan a juntar varios eventos que, en su momento, tuvieron que ser postergados. Por último, el embajador argentino en Chequia destaca que, teniendo en cuenta las dificultades de la pandemia, haber recibido trece trabajos de tanta calidad es un motivo de gran alegría.
La influencia checa de Juan Gelman
Quien también está muy contenta es Jana Kepková, la estudiante de la ciudad de Turnov que se alzó con el primer lugar del Premio Iberoamericano con un ensayo que estudia algunos vínculos entre la poesía del argentino Juan Gelman y el poeta checo Jiří Wolker. Del poeta argentino, ganador del Premio Cervantes en 2007, le interesó tanto su poesía como su difícil historia de vida, ya que padeció en carne propia los efectos de la última dictadura militar. Aunque planea graduarse con un trabajo más vinculado al tema de los desaparecidos en la poesía de Gelman, para participar en el Premio Iberoamericano prefirió centrarse en uno de sus primeros libros, publicado en el año 1962.
“Y cuando leía Gotán, que es un poemario que me encanta, porque me interesa la identidad cultural y por eso me llamó la atención, ahí encontré ese poema dedicado a Jiří Wolker, un poeta checo, y pensé que era raro que un poeta argentino le dedicase ese poema a un autor checo quizás no tan conocido en el extranjero y en América Latina”.
A Kepková también le gusta mucho la poesía de Wolker y en su momento se le ocurrió que, aunque escribieron en una época diferente, por tratarse de dos poetas luchadores y muy comprometidos, próximos en su manera de ver las cosas, sería interesante escribir un ensayo que diera cuenta de esas similitudes. Por otro lado, asegura que, más allá de los distintos contextos de creación, en ambas obras hay cierto componente de ternura y esperanza.
“Esto es también muy interesante porque los dos escriben en una época diferente: Wolker nació en 1900 y murió muy joven, en 1924, y durante tan poco tiempo escribió una gran obra, no muy extensa pero sí muy compleja que tuvo muchísima influencia en los poetas posteriores y también contemporáneos a Wolker”.
Kepková trata de definir la poesía de Wolker como un registro extraordinario de las cuestiones más cotidianas, algo no muy frecuente en la poesía checa anterior. Y si bien afirma que muchísimos poetas lo admiraban, el hecho de que la ideología comunista se apropiara de su literatura aplacó durante un tiempo su influencia, aunque luego con la llegada de la democracia volvió a revalorizarse, a tal punto que Kepková considera que, incluso hoy, su obra es muy leída por los jóvenes. En todo caso, se sorprendió de que su impronta también hubiera llegado a otros países más allá de Chequia. Y esa sorpresa es un poco el motor de su ensayo.
“Lo que hago es examinar la razón por la que Gelman añade ese poema dedicado a Jiří Wolker que se llama ‘La vez que vi a Jiří Wolker’, por qué lo tiene en su poemario y cómo lo ayuda a construir lo que quiere decir porque ese poema dedicado a Wolker es muy importante para todo el poemario y para la construcción de su mensaje”.
En 2008 Juan Gelman visitó la República Checa y concedió una muy interesante entrevista a la traductora Anna Tkáčová que, por supuesto, Kepková leyó con mucho interés. Hoy, la autora del ensayo ganador del Premio Iberoamericano no tiene dudas de que, a pesar de la enorme distancia geográfica y lingüística, Juan Gelman encontró en Wolker el ejemplo de un poeta luchador que terminaría moldeando su propia obra.