Un decálogo para mejorar la educación checa
El Ministerio checo de Educación ha presentado una serie de 10 medidas destinadas a mejorar la calidad del sistema educativo. Para su implantación habrán de superarse dificultades presupuestarias y conflictos de competencias con las regiones.
Entre los puntos planteados, algunos precisan únicamente de voluntad política, como la simplificación de los procedimientos burocráticos en las escuelas, el establecimiento de nuevos programas o la promoción entre los escolares de las matemáticas y las disciplinas técnicas. Otros habrán de enfrentarse a serias dificultades.
Es el caso de la primera medida, que plantea una misma calidad de enseñanza para todos los alumnos checos, el gobierno deberá interferir con las competencias de las administraciones regionales. Actualmente éstas pueden contribuir según su propio criterio al presupuesto de las escuelas.
Teniendo en cuenta que el gobierno de casi todas las regiones está en manos de la oposición socialdemócrata, este paso podría ser bastante problemático. Otra cuestión es la dignificación de la profesión de maestro. En opinión del experto en educación Tomáš Feřtek, de la organización EDUin, se trata de un tema fundamental.
“El problema radica en que el profesor entra a los 25 o 27 a la escuela, gana algo de dinero, no demasiado, hace 30 años el mismo trabajo y al final gana unos 200 euros más, quizás 400, pero no más que eso. Imagínese que es ingeniero y que tiene por delante una carrera así, seguramente no estará muy entusiasmado. Así que lo que el ministerio llama “sistema de carrera”, que tiene que hacer la profesión más interesante, es correcto. La cuestión es si esta medida va a contar con una inyección de recursos, porque de otra manera no funcionará”.Por su parte el Gobierno no plantea ningún aumento significativo del presupuesto de educación. Su intención es cerrar las escuelas con menos estudiantes y distribuir mejor los recursos. En palabras de Petr Nečas, pagar un sueldo mayor a una menor cantidad de pedagogos.
Una opinión que no es compartida sin embargo por Tomáš Feřtek.
“Lo básico siguen siendo por desgracia los recursos. A pesar de las optimizaciones de las inversiones en educación, seguimos dando a este sector muy poco dinero. De todos los países desarrollados somos de los que menos destinamos a educación en porcentaje del PIB. Tenemos que hacer algo”.
La mitad de las medidas presentadas por el ministerio están destinadas a la educación superior. Entre ellas destaca el cambio en el sistema de financiación de las universidades, para evitar que se prime la cantidad de estudiantes por encima de la calidad y cuenten con mayor estabilidad financiera. También se plantea la mejora de los exámenes de acceso o el fomento a la colaboración entre universidades, por ejemplo.El Partido Socialdemócrata, por su parte, ha criticado el decálogo por considerarlo poco concreto.