Terror y locura en Bratislava
Un hombre de 48 años asesinó a tiros a siete personas e hirió a una quincena en Bratislava, antes de quitarse la vida acorralado por la Policía. La sombra del racismo recae sobre esta matanza, que ha golpeado duro a la capital de Eslovaquia, poco acostumbrada a capítulos tan violentos. Entre los heridos se encuentra un checo en estado muy grave.
Al salir a la calle, el agresor no se mostró tan selectivo. Durante más de quince minutos disparó contra cualquier objetivo (viandantes, automóviles, edificios,…) matando a una mujer que se encontraba en el balcón en ese momento, e hiriendo a varias personas, incluyendo un niño de tres años. Al final, al verse rodeado por la Policía, acabó con su vida disparándose en la cabeza.
El presidente de la Policía eslovaca, Jaroslav Spišiak, describe el final del asesino de Bratislava.“Durante su huida, andaba unos metros y disparaba contra todo lo que se movía. Los policías lograron rodearle y terminó en un lugar del que ya no tenía escapatoria”.
Las cifras de heridos varían entre quince y veinte dependiendo del medio. En todo caso, más de diez personas siguen ingresadas en el Hospital Universitario de Bratislava, tres de ellos en estado grave, incluido un agente de la Policía con un disparo en la cabeza. También un checo de 33 años, de Ostrava, se encuentra en estado muy grave. Tras ser operado en la región pélvica, permanece en coma inducido por los médicos.
Según familiares de las víctimas, el asesino, un hombre discreto e introvertido, les conocía y mantenía discusiones a menudo con ellos. “No le gustaban los gitanos, siempre tenía algo en contra nuestra” dice una pariente cercana en la edición de este martes del diario eslovaco Sme. Pero la Policía del país no ha querido aventurarse en confirmar ni desmentir el móvil racista, ni las diversas teorías que han aparecido en los medios.Según muchos, la Policía informó poco y tarde sobre lo que sucedía, pero las críticas también le han llegado desde los servicios sanitarios. El doctor Martin Balko denuncia desorganización e imprudencias en el proceder de las fuerzas del orden.
“Cuando la Policía estaba buscando al agresor, aún en plena investigación, una unidad permitió que las ambulancias acudieran a una zona considerada como de seguridad relativa. Pero por supuesto estas personas fueron expuestas a un gran peligro”.Bratislava no está acostumbrada a asesinatos de este tipo, pero ésta no ha sido la peor matanza de los últimos tiempos. Hace once años, en un local a orillas del Danubio, un supuesto ajuste de cuentas entre bandas criminales dejó diez muertos en un solo tiroteo.