Se cumplen diez años del primer corazón artificial en Chequia
Han pasado diez años desde que fue implantado el primer corazón artificial en la República Checa. De la operación se encargó el equipo del cardiocirujano Jan Pirk, del Instituto de Medicina Clínica Experimental (IKEM), que consiguió así prolongar la vida del paciente hasta que se encontrara un corazón real para el transplante. Desde entonces los médicos han instalado unos 300 corazones artificiales en la República Checa.
Hace diez años, antes de que el primer paciente checo recibiera un corazón artificial, fallecía un tercio de las personas registradas en la lista de espera para transplantes de corazón. Hoy en día solo un 10% de los pacientes no sobreviven.
El cardiocirujano Jan Pirk, del Instituto de Medicina Clínica Experimental (IKEM), cuyo equipo de médicos efectúa las operaciones del corazón artificial, recuerda la primera operación.
"Claro que me acuerdo de la primera operación. Era un paciente al que realmente le quedaban unas horas de vida. Estaba registrado en la lista de espera para transplantes de corazón. Pero en el momento no había ningún corazón disponible y nosotros acabábamos de pasar por el curso de instrucción. Le ofrecimos entonces la posibilidad de instalarle el corazón artificial y él la aceptó. La operación, efectivamente, duró mucho más tiempo que hoy en día pero todo salió. Después de un mes se encontró un corazón donado y se le realizó el transplante“.
Las primeras operaciones efectuadas en el IKEM duraban hasta ocho horas. Conforme iban ganando experiencia, los médicos llegaron a acortar este tiempo hasta 3 ó 4 horas y la operación del corazón artificial se convirtió en una intervención rutinaria. De hecho, hasta ahora se han realizado en el país unos 300 implantes de corazón artificial.
En la República Checa, estos aparatos están disponibles solamente para los enfermos registrados en la lista de espera para transplante que todavía no han encontrado un corazón donado. En cambio, en EE.UU. o en Alemania también se suele instalar el corazón artificial a personas mayores que correrían demasiado riesgo sometiéndose a un transplante de corazón. De hecho hay varias que siguen viviendo tranquilamente con el aparato hasta ocho años. Los médicos checos no se pueden permitir este lujo por razones económicas.