Salvación de bancos checos resulta demasiado costosa
Para salvar los bancos checos, cada ciudadano de este país tendrá que pagar de sus bolsillos unos mil dólares a forma de impuestos. Los recursos empleados por el Estado checo para la salvación del sector bancario superan todos los récords. La atrasada venta de los bancos al sector privado, el insuficiente control y la mala privatización, deberán costearlas los contribuyentes. Hasta el momento, la suma global de ese coste asciende a cerca de diez mil millones de dólares. A esta cifra se suma en estos días el costo por el pago de las deudas del quebrado Banco Postal y de Inversiones.
Todos los países en proceso de transformación enfrentan la necesidad de cubrir enormes gastos para salvar su sector bancario. La República Checa no es ajena a este problema. Según el ministro de Finanzas, Pavel Mertlík, la causa principal radica en la atrasada privatización de los bancos, ya que según la autoridad, ésta debió haberse producido entre 1994 y 1995, cuando la economía checa registraba un marcado crecimiento. Durante la recesión las empresas dejaron de pagar sus deudas, lo que se reflejó negativamente también en la situación económica de los bancos, puntualizó Mertlík, agregando que las consecuencias de ese negativo proceso pesan sobre la República Checa hasta hoy en día.
Por el momento, el Gobierno checo traslada las pérdidas ocasionadas al Banco de Consolidación. Sin embargo, los especialistas en la materia aseguran que ello no resolverá el problema, sosteniendo que se trata de una bomba de acción retardada de la economía checa, puesto que con esta suma astronómica se incrementa el endeudamiento del Estado checo.
El Banco de Consolidación podría ser caracterizado como un depósito para reunir en él las consecuencias de los errores de la transformación de la economía checa. Por lo tanto, a esta institución estatal le fue encomendada también la misión de hacerse cargo de los problemáticos activos del Banco Postal y de Inversiones. El Banco de Consolidación tratará de recaudar los
préstamos no pagados, al igual que vender los bienes adquiridos junto con las deudas. Sin embargo, los especialistas en la materia se muestran bastante pesimistas.En la relación con la quiebra del Banco Postal y de Inversiones, el Partido Cívico Democrático exhortó al ministro de Finanzas, Pavel Mertlík, a dimitir a su cargo.