Referéndum antiTemelín no cambiará el calendario de admisión de la República Checa en la UE

Campaña antiTemelín

Según dijera ayer martes en Bruselas el comisario Gunter Verheugen, las negociaciones de admisión de la República Checa en la UE proseguirán según el calendario previsto sin tomar en consideración los resultados del referéndum en Austria. En dicha consulta se pronunció el 15 por ciento del electorado austríaco a favor del bloqueo del ingreso de la República Checa en caso de no cerrar la central electronuclear de Temelín.

El resultado del referéndum según el comisario Verheugen confirmó que en Austria existe un fuerte rechazo a la enegía nuclear. Al mismo tiempo ha puesto en evidencia que la abrumadora mayoría de los austríacos no desean deteriorar las relaciones de vecindad con la República Checa.

Jean-Christoph Filori, portavoz del comisario Verheugen, comentó que con el bloqueo del ingreso de la República Checa a la UE los austríacos paralizarían todo el proceso de la ampliación. Gunter Verheugen tiene la absoluta certeza de que los austríacos se darán cuenta de que no les convendría bloquear la ampliación de la UE. Entre los candidatos al ingreso hay cuatro vecinos de Austria.

"Estoy convencido de que cuando dejen de lado las emociones y reflexionen sobre sus verdaderos intereses nacionales, los ciudadanos austríacos y todas las fuerzas políticas sensatas de aquel país se darán cuenta de que no es la senda apropiada por la que Austria debe caminar," afirma el diplomático checo.

En menos de 24 horas tras el referéndum antiTemelín, convocado por iniciativa del Partido de los Libres de Jorg Haider, el escenario político austríaco fue conmocionado por la amenaza de este partido de extrema derecha de romper la coalición gubernamental con el Partido Popular y exigir elecciones anticipadas. Entretanto,el canciller Wolfgang Schussel del Partido Popular volvió a rechazar la pretensión de los Libres de condicionar el ingreso de la República Checa en la UE con el cierre de la central de Temelín. Schussel cree que su "rumbo realista y razonable" cuenta con el apoyo del 70 u 80 por ciento de los austríacos.