Reconstrucción del país tras las inundaciones

La ciudad de Decin, Foto: CTK

Los ríos en la República Checa poco a poco van volviendo a sus cauces. En las zonas afectadas por las inundaciones quedan toneladas de lodo, carreteras y puentes destruidos o dañados y casas derrumbadas. Los economistas empiezan a calcular las pérdidas.

La ciudad de Decin,  Foto: CTK
Nadie se atreve a hacer una estimación exhaustiva de los daños. Es muy probable que éstos superen a los del año 1997 en Moravia que ascendieron a dos mil millones de euros.

El Ministerio de Desarrollo Local está elaborando un plan de construcción de viviendas para los damnificados y el Ministerio de Finanzas prepara el programa de renovación de las actividades empresariales en los territorios afectados.

El gobierno utilizará para sufragar los daños sus fondos de transporte, vivienda y medio ambiente. El déficit del Presupuesto Estatal aprobado para el próximo año que ascenderá a más de cinco mil millones de euros, no debería crecer.

Según Pavel Mertlík, economista de Raiffeisenbank y antiguo ministro de finanzas, la mayor parte de las indemnizaciones atañen a los particulares.

El estado debe en primer lugar reconstruir y modernizar la infraestructura de propiedad pública y prestar ayuda a los ciudadanos y empresas que realmente lo necesitan. Sin embargo, la gente tiene que utilizar para subsanar los daños sobre todo sus propios medios. No existe ningún motivo para que la participación del Estado sea mayor, no obstante, la hacienda pública debería ser más flexible para contrarrestar situaciones parecidas.

La ciudad de Pisek,  Foto: CTK
Las casas de seguro cubrirán sólo una pequeña parte de los daños producidos, ya que muchos inmuebles no estaban asegurados contra las catástrofes naturales. Los bancos checos ofrecerán para las personas damnificadas créditos con intereses más bajos.

Las empresas más importantes de la industria checa no han sido afectadas por las riadas; no existe el peligro de colapso de la red energética ni de escasez de combustibles. Los daños materiales se reflejarán sobre todo en la agricultura, el turismo y el transporte. Las inundaciones llegaron a mediados de agosto, es decir en plena cosecha, por lo que hasta un 50 por ciento de la siega y recolección se verán alteradas.

En Bohemia del Sur las crecidas de los ríos derrumbaron varios puentes y muchas carreteras están destruidas. Grandes pérdidas se producirán también en el sector del turismo, ya que las riadas llegaron en alta temporada turística.

La ciudad de Plzen,  Foto: CTK
Por otro lado, según la opinión de varios analistas, la reconstrucción de las zonas afectadas ayudará al crecimiento económico en los próximos años. Será necesario renovar la vivienda y las empresas tendrán que comprar nuevas instalaciones y máquinas. Sin embargo, Jirí Vajgl, director del Centro para la Economía y Política, advirtió que la economía checa primero tiene que volver al nivel en el que se hallaba antes de las inundaciones.

La verdad es que la indemnización de los daños va a crear nuevas actividades económicas, pero éstas en realidad sólo van a reemplazar lo que había sido destruido, es decir que la economía primero tendrá que recuperar lo perdido.

La fuerte cotización de la moneda del país que consiguió su máximo histórico a mediados del pasado mes de julio ha perdido durante los últimos días casi una décima parte de su valor anterior. Las inundaciones llevaron por consecuencia un notable nerviosismo en el mercado. La corona ya no es tan atrayente para los inversionistas y se espera que en el futuro se irá debilitando.